Todos los 5 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Mujer Indígena. La fecha homenajea a Bartolina Sisa, dirigente y guerrera indígena del pueblo aymara que se opuso a la dominación colonial del imperio español y fue brutalmente asesinada en la misma fecha de 1782, tras liderar una sublevación en La Paz, Bolivia. La conmemoración tuvo origen durante el segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América, que se realizó en la ciudad boliviana de Tiahuanaco en 1983.

 

En este día, desde el Ministerio Público de la Defensa (MPD) llamamos a reflexionar acerca de las múltiples discriminaciones y formas de violencia que sufren aún hoy las mujeres indígenas. Además, es necesario destacar que este colectivo requiere de una especial atención por parte del sistema de administración de justicia que considere las características de su identidad, que se construye de manera interseccional, es decir en relación con otras categorías sociales y culturales que interaccionan en múltiples niveles.

 

Por esa razón, con su Programa sobre Diversidad Cultural, la Defensoría General de la Nación (DGN) sostiene que para brindar un efectivo acceso a la justicia a las y los integrantes de las comunidades indígenas es fundamental que las y los operadores de los sistemas de justicia continúen trabajando para adecuar su atención e intervención en los casos que involucran los derechos de esta población.

 

En ese sentido, el reconocimiento y el respeto a sus identidades culturales y costumbres, así como proveerles de intérpretes lingüísticos para la realización de actos judiciales, son algunas de las acciones orientadas a garantizar el acceso a la justicia culturalmente adecuado para estos grupos sociales.

 

Para homenajear esta fecha compartimos una poesía de Federico Ortiz:

 

Madre Puneña

 

 

Viento que soplas en alturas llanas,

no enfría la mirada bien solitaria

de aquella puneña que envuelve en su manta,

el tesoro frágil de sus entrañas.

 

Feroces sus rodillas, que someten distancias,

sellando senderos al pie de montaña,

con la preciosa carga sobre su espalda,

leona de la puna, humilde hermana.

 

El vuelo del cóndor despierta la mirada

de aquel inocente que detrás acompaña,

al libre alado, que escolta a la distancia,

el triunfo de una madre, que valiente avanza

 

Fuente: https://tertuliadejuanamanuela.wordpress.com/