Simoca, Tucumán. 15 de mayo de 2020, Luis Armando Espinoza falleció en manos de policías tucumanos. La bala le ingresó por uno de sus omóplatos y selló su muerte, selló también el pacto de silencio que intentó ocultar el hecho.

Minneapolis, EEUU. 25 de mayo de 2020, luego de un arresto donde no hubo resistencia, George Floyd fue asfixiado contra el piso por un policía de la ciudad. Todos los colegas que participaban de la redada son considerados cómplices. 

 

Vayamos a donde vayamos, cuando las fuerzas policiales producen excesos de algún tipo lo hacen en manada, armados. La fuerza del grupo, la inmunidad institucional, se ve fortalecida por el hecho de contar con “testigos” que no transpiran como testigo falso, por más que lo sean. Este tipo de conductas se ven potenciadas cuando las autoridades políticas lo incentivan, las autoridades judiciales desvían la vista del foco, allí donde la sociedad reclama enloquecida mano dura, siempre que no sea contra ella. 

 

¿La Doctrina Chocobar llegó hasta Minneapolis o Chocobar fue producto de la violencia institucionalizada y autorizada, cuando no reclamada, por las autoridades del momento? ¿Será, tal vez, que Chocobar entendió que como en Minneapolis, primero había que matar para después preguntar? ¿Quién le hizo entender eso?

 

En la Argentina la violencia baña nuestra sociedad. Las mujeres son asesinadas de a centenares, luego de haber sido golpeadas, de haber avisado a las instituciones, que parecen no entender. Las cárceles son escenarios de películas de terror.

 

En los afroamericanos podemos ver claramente como un pueblo oprimido como pocos, golpeado, asesinado, discriminado a pesar de los discursos. Como un pueblo por momentos abandonado se cansó y conduce ahora una rebelión civil, reclamando por el final de la violencia policial primero, y la de todos los otros tipos de violencia también. Minneapolis se prende fuego, las otras ciudades se funden en un abrazo del Nunca Más.

 

En Tucumán la familia Espinoza se pregunta ¿por qué? Y no hay respuesta. Un tiro por la espalda para que quede claro que aquí mandamos nosotros ¡Y vos sabés que a nosotros nos bancan! Así que “musa”. Silencio.

 

A la doctrina Chocobar hay que oponerle la Doctrina Nunca Más pidiendo permiso a las Madres y poner ese objetivo en primera línea de la agenda de gobierno, o seguirán muriendo mujeres, trabajadores, pobres, violados niñes, atropellados todos.

 

Nunca Más a la violencia policial. Nunca Más a la violencia económica. Nunca Más a la violencia de género. Nunca Más.