El Cretácico transcurrió en medio de un calentamiento global de tal magnitud que los mares cubrían el continente y Los Andes eran islas, el dióxido de carbono se acumulaba en aguas, más calientes, y comenzaban a generarse los hidrocarburos.

 

Los períodos Jurásico y Cretácico de la era Mesozoica no solo fueron el dominio de los dinosaurios, sino que además generaron la mayoría de los recursos de hidrocarburos a nivel planetario.

 

El período Cretácico fue un momento de notable expansión de los mares en todo el mundo. Los hielos se retiraron hasta ocupar una fracción menor en los polos. El mundo se convirtió entonces en un "Water World", algo similar a lo que mostraba aquella ficción de Kevin Costner, un éxito de Hollywood en la década de 1990. En el Cretácico el nivel del mar estaba unos 350 metros más alto que el actual. Si una cosa así volviera a ocurrir más del 50% de la superficie continental quedaría bajo el agua y desaparecerían todas las ciudades costeras del planeta.

 

Hidrotermalismo en Los Andes

 

América del Sur quedaría cubierta en muchos casos hasta el pie de los Andes y estos emergerían como una gran isla en ese nuevo mundo. Sin ir más lejos, los Andes Centrales, como hoy los vemos, no existían en la época de los dinosaurios. Grandes extensiones marinas cubrían a América del Sur con ingresiones desde el Atlántico y desde el Pacífico. En esos mares se depositaban calizas y otras rocas que albergan una gran cantidad de fósiles. En las playas de esos mares dejaron impresas sus huellas los dinosaurios, tanto carnívoros como herbívoros. En algunos casos se han conservado sus huevos en las arenas costeras. Y algas estromatolíticas, restos de peces, plantas, gasterópodos, bivalvos, microfósiles, entre otros organismos.

 

La materia orgánica enterrada generó hidrocarburos o permaneció formando capas de esquistos bituminosos. Al emerger los Andes, esa gran lámina de calizas se elevó, se rompió y quedó colgada a gran altura en la Puna y hundida en la región chaqueña. Caimancito en Jujuy, Los Blancos en Salta y Palmar Largo en Formosa son campos petrolíferos formados en aquella época de los dinosaurios del Cretácico superior. Los esquistos bituminosos contienen hidrocarburos líquidos, sólidos y gaseosos que no llegaron a madurar y forman parte de lo que hoy se llama petróleo no convencional. Son los esquistos bituminosos que explotaron en Rosario de la Frontera, en la década de 1920, la gran artista y salteña universal Lola Mora. Casi un siglo antes de que tomaran impulso los yacimientos de hidrocarburos no convencionales, como Vaca Muerta en la cuenca neuquina.

 

Las tizas de Albión

 

También pertenecen al Cretácico esos hermosos acantilados blancos de Dover, en Inglaterra, que aparecen en todas las postales. Se trata de un material que recibe el nombre de creta, de donde proviene la palabra Cretácico. La creta está formada por microfósiles como cocolitos, foraminíferos planctónicos y bentónicos, así como también fragmentos y conchillas de braquiópodos, moluscos, briozoos, corales y gusanos poliquetos. Esa creta es mayormente carbonato y recibe por otro nombre el de "tiza". Precisamente con ese material se elaboraban las antiguas tizas blancas de escribir en los pizarrones con el que aprendimos y enseñamos en la era predigital y que tantas añoranzas nos ocasiona.

 

Esos acantilados de tiza blanca de Dovere le dieron el nombre latino de Albión a Inglaterra. Y también el nacimiento de la Geología Forense gracias a Sherlock Holmes, que pudo resolver un crimen por una pisada que contenía ese material blanco y descubrir de dónde venía el asesino, tal como lo menciona Arthur Conan Doyle en uno de sus textos.

 

Creta, Cretácico, tiza, Albión, Sherlock Holmes y la geología forense unidos por aquel evento marino de finales de la era Mesozoica. En América del Norte, mientras se depositaban las rocas calcáreas del Cretácico se produjeron grandes erupciones volcánicas que arrojaron cenizas vítreas y calientes en los mares. Las cenizas se transformaron en bentonitas y esas bentonitas son los materiales más ampliamente utilizados para la perforación de pozos de petróleo. Las bentonitas se utilizan en los lodos de perforación junto a una amplia variedad de materias minerales, como la baritina, micas, entre otras.

 

Bonarelli y Campo Durán

 

En el Cretácico medio hubo condiciones anóxicas en el océano mundial. Al parecer en los mares del mundo no había oxígeno disuelto por debajo de los 300 metros de profundidad.

 

Las dorsales oceánicas estaban funcionando a pleno y los mares se habían volcado dentro de los continentes. El dióxido de carbono debió salir de las fumarolas marinas en cantidades exorbitantes. Eso creo un potente efecto invernadero. El océano estaba caliente y el exceso de dióxido de carbono que contenía fue liberado a la atmósfera exacerbando el calentamiento global. La biosfera respondió con una gran productividad de materia orgánica expresada en vegetación y faunas reptilianas en los continentes y de plancton marino en los océanos.

 

La fijación del dióxido de carbono incrementó la depositación de materia orgánica en múltiples formas, entre ellas carbonatos orgánicos, además de arrecifes coralinos y lechos de conchillas marinas. Se formaron grandes depósitos de capas negras, orgánicas, que luego madurarían para dar los hidrocarburos.

 

Uno de esos eventos anóxicos globales recibió el nombre de "Horizonte Bonarelli", en homenaje al conde italiano y geólogo Guido Bonarelli.

 

El mismo Bonarelli que estuvo en Salta a principios del siglo XX, y quién definió y dio nombre a las Sierras Subandinas, describió la estratigrafía, rocas y formaciones geológicas de esa región, y marcó las estructuras tectónicas que fueron perforadas más tarde. Una de esas estructuras fue Campo Durán, en Salta, el mayor reservorio de hidrocarburos de la cuenca Noroeste de Argentina y que favoreció la construcción de un poliducto a Buenos Aires. Curiosamente Bonarelli fue reconocido a nivel internacional, pero nada lo recuerda en nuestro país, donde desarrolló gran parte de su trabajo y de su ciencia. Una más de nuestras grandes asignaturas pendientes.

 

El oro negro

 

El Medio Oriente concentra las mayores concentraciones de hidrocarburos convencionales a nivel global. Los geólogos han coincidido que eso solo fue posible por una singularidad en el espacio-tiempo. Hubo una concurrencia de elementos que jugaron a favor, tanto la distribución de las placas tectónicas, los océanos someros con grandes depósitos de materia orgánica, la sedimentación que enterró esa materia orgánica, la maduración de los hidrocarburos, la posición casi ecuatorial de dicha región en el Mesozoico, la dirección de los vientos, los depósitos que sellaron los reservorios, las estructuras que los acumularon, entre otros factores.

 

La concurrencia de esos elementos climáticos, sedimentológicos, estratigráficos y tectónicos dieron pie a más de 550 campos productivos. Entre ellos algunos supergigantes como Ghawar, el yacimiento petrolífero más grande del mundo, o el Domo Norte en Qatar. La edad de las formaciones petrolíferas de Oriente Medio es mayormente jurásica. Los principales campos petrolíferos y gasíferos se encuentran en la plataforma árabe interna, de la cual participan países como Bahréin, Kuwait, Qatar, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos. Las reservas de Qatar superan los 25 billones de barriles de petróleo y son solo un diez por ciento de las que cuenta Arabia Saudita. O un cuarto de las que poseen Kuwait o los Emiratos Árabes.

 

El yacimiento de Ghawar merece un párrafo aparte como el mayor campo petrolero del mundo. Se ubica en Arabia Saudita y tiene una extensión de 250 km de largo, 30 km de ancho y una columna petrolera productiva de 400 m de espesor. La región es un desierto hostil y caliente, con un manto de arena seca en superficie y un "lago" de petróleo subterráneo.

 

Esos países pasaron de la pobreza absoluta a la riqueza absoluta gracias a sus recursos hidrocarburíferos.

 

La historia contrafáctica es un simple ejercicio de memoria. Si no se hubiesen dado las condiciones antes enunciadas para que trillones de toneladas de barros negros y pútridos se depositaran en los mares de la intra - plataforma árabe no habría allí ni una sola gota de petróleo. Tampoco habría jeques multibillonarios ni ciudades modernas ni campeonatos mundiales de fútbol. No sabemos si en otras latitudes Argentina pudo haber ganado la tercera copa y Messi ser el número uno del mundo. O los hermanos Kevin y Luciano Benavides imponerse bravamente en el Dakar.

 

Las causalidades y casualidades tejen la trama y la urdimbre de la historia profunda y de sus teleconexiones espaciales y temporales.