Ante la necesidad de brindar verduras frescas para el alimento diario de los chicos alojados en el Hogar Escuela Carlos Guido Spano, de San Antonio de los Cobres, los docentes idearon la construcción de una huerta en invernadero, dadas las bajas temperaturas reinantes durante el invierno de la puna. Con el trabajo de los alumnos, y el aporte solidario de padres y la Fundación Huerta Niño, se logró reconstruir el viejo vivero, y hoy es un ejemplo de lo que se puede lograr con la voluntad de docentes niños, y padres, y la solidaridad.

El esfuerzo de los niños, padres y manos solidarias que aportaron material para construir una huerta totalmente cubierta, está  a la vista de todos hoy en día. Sin embargo pasó mucho tiempo para que se lograra reconstruir, ahora ya totalmente cubierto y con temperatura ideal, la vieja huerta que se construyó años atrás  y que el rigor climático jugó en su contra. No quedaba otra alternativa que crear una nueva huerta pero de la característica que hoy existe, en el Hogar Escuela Carlos Guido Spano de San Antonio de los Cobres, Salta, Argentina.

 

Haciendo un poco de historia, allá por el año 2001, un grupo de docentes del Hogar Escuela, vieron la necesidad de poseer un espacio productivo de especies vegetales comestibles, y decidió preparar una huerta a cielo abierto y, como el clima en ese lugar es muy agreste y frío, solamente se puede producir verduras en estación primavera _ verano.

 

Entonces decidieron construir un pequeño refugio para las plantas; con recursos propios. Con actividades extraescolares y con ayuda de algunos papás, se logró la construcción de un invernadero y, de esa manera poder producir verduras durante todo el año logrando solventar mínimamente algunas necesidades del comedor escolar.

 

Pasaron los años y el invernadero sufrió la destrucción total de su cobertura debido a los fuertes vientos que se suceden en este lugar.  

 

Pero siempre hay una mano solidaria que acude donde una necesidad. Una fundación llamada Huerta Niño llegó a la escuela y se comprometió a reacondicionar nuevamente el techo. Cumplió con su palabra empeñada, y se sembró y cosechó por un par de años. Pero otra vez el ímpetu del viento ultrajó y destruyó nuevamente el techo.

 

Tristeza y desazón mostraban las caritas de los niños, al ver que todo sus esfuerzos, su sentido de pertenencia a lo que ellos consideraba que era su obra, se esfumaba por imperio del clima.

 

De pronto, un pequeño grupo llamado Km Solidario, dirigido por la Profesora María Eugenia G. Altobelli se acercó a la escuela y se preocupó por las necesidades de la misma.

 

Los niños les hicieron entender que querían que reconstruyeran el invernadero. Y fue a partir de  ahí que, los integrantes de este grupo, hicieron una campaña para buscar gente que pudiera donar los recursos que se necesitaban...

 

Y, lo lograron. ! Y también ayudaron a construir una granja!! Y desde el año  pasado que los  niños y docentes están produciendo verduras frescas en invernaderos  y recolectando huevos de las gallinas.

 

Toda la comunidad educativa del Hogar Escuela de San Antonio de Los Cobres, no sólo están contento con ello, sino que lograron superar un obstáculo más, en la búsqueda de que los niños allí alojados, puedan consumir verduras fresca, como lo hacen otros niños de comedores escolares, a lo largo y ancho de la provincia. Sólo que en este caso en  particular, la solidaridad y el esfuerzo conjunto con alumnos y docentes, hizo posible la concreción de un sueño que tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de los niños.