Gabriela Dueñas, Doctora en Psicología, Licenciada en Educación, psicopedagoga y docente universitaria, sostiene que el Covid-19 no sólo plantea un desafío educativo si no una oportunidad para incorporar las TIC en el aula. También señala el doble rol de madre y docente en la cuarentena, la necesidad de amigarse con la tecnología y tener rutinas para evitar el desorden. Además, explica cómo manejar la angustia y ansiedad del encierro.
“Las y los docentes han sido formados en un formato tradicional en el que las nuevas tecnologías apenas si aparecen como un recurso de enseñanza. Esto es quizás porque la escuela es una de las instituciones sociales más conservadoras que existen, tal vez porque fundacionalmente fue una institución que debió ocuparse de conservar y garantizar la transmisión de conocimiento”, analiza Gabriela Dueñas, Doctora en Psicología, Licenciada en Educación, psicopedagoga y docente universitaria. “La institución escolar no puede permanecer ajena y, en algún momento, quizá en una instancia tan crítica como ahora, los muros de la escuela tienen que darle la bienvenida a las tecnologías informáticas de la comunicación”, remarca.
-¿La Pandemia plantea un desafío educativo? ¿Cómo dar clases en épocas de cuarentena?
-Efectivamente. Estos tiempos de pandemia, inéditos para la humanidad, nos plantea un desafío desconocido a todas y todos. No solamente a las y los docentes. Frente a estas novedades, que vienen de la mano el coronavirus y a la necesidad del aislamiento social, nos encontramos hacia el interior de los hogares con nuestras niñas, niños y adolescentes en situación de espera, en una posición de ver cómo los adultos le hacemos frente a esta novedad. Toda una situación de aprendizaje.
De ahí es que a veces resulta medio dificultoso lograr que presten la atención que uno espera, en los tiempos y formas que se pensó. De esta situación también tenemos aprender.
Hay que recordar que el ciclo escolar recién comenzó, con lo cual no hemos tenido la posibilidad de estrechar un vínculo entre docentes y alumnos, como habitualmente sucede y que hubiese facilitado estos espacios de dar clases a distancia.
A los que procedemos del campo de la educación se nos presenta un desafío en relación a la necesidad de apelar creatividad y a ponernos en contacto, aunque a veces nos resistamos un poco a las nuevas tecnologías. Tenemos que amigarnos con ellas, porque hoy es la única posibilidad. Después están las variables emocionales y éticas. Ambas interactúan permanentemente, pero la primera construye conocimientos y la segunda está asociada al conocimiento, sin las cuales no constituyen auténticos aprendizajes significativos.
Sin dudas, las nuevas tecnologías facilitan la llegada, incluso más que presencialmente, pero el tema de la mediación, la posibilidad de ayudar al otro a reflexionar, a analizar críticamente la información, a relacionar con experiencias pasadas y futuras, son variables que tienen que ver con la posibilidad de estar en el cara a cara que hoy resulta imposible. Entonces queda a cargo de los adultos de la casa. En estos momentos hay que priorizar la salud, por eso ahora vamos a ver todo lo que podemos realizar sin contar con ese valiosísimo y fundamental espacio que constituye la escuela. Ámbito que quizá, lo más valioso que se tenga, es la posibilidad de socializar por fuera del ámbito familiar. La institución escolar es donde realmente ocurren los auténticos aprendizajes a partir de la socialización entre pares y con adultos ajenos a la familia.
Aproximandamente el 80 por ciento de las docentes son mujeres, muchas también son madres, ¿de qué manera pueden llevar adelante la doble tarea en el mismo espacio?
En este momento las docentes se encuentran ante el desafío de tener que dar clases de manera virtual e implementar distintos recursos para llegar a sus alumnos, que ahora no tienen en el aula si no a distancia. Esto sucede mientras muchas veces están rodeadas por sus propios niñas, niños y adolescentes que no siempre entienden y que también hay que ayudarlos para que comprendan y aprendan que hay momentos y espacios para trabajar y otros para estar juntos y disfrutar en familia. Además, en esta instancia también se visibilizan cuestiones ligadas a las problemáticas de género porque siempre pensamos en términos de mujeres cuando en realidad el desafío que nos interpela el coronavirus es poder pensar cómo estamos con los/las chicos/as de todas las edades que tengamos a cargo. No solamente como una cuestión de las mujeres, sino también de los hombres.
Las y los docentes, formados en un esquema tradicional de enseñanza, hoy deben adaptarse a nuevos tiempos de forma drástica. ¿Cómo pueden manejar la frustración/ ansiedad ante este nuevo escenario dando respuesta a las/los chicas/os de manera virtual?
Las/los docentes han sido formados en un esquema tradicional en el que las nuevas tecnologías apenas aparecen como un recurso de enseñanza. Esto es quizás porque la escuela es una de las instituciones sociales más conservadoras que existen, tal vez porque fundacionalmente fue una institución que debió ocuparse de conservar y garantizar la transmisión de conocimiento de generación a generación. De ahí es que resulte ser tan conservadora y que le cueste tanto abrirse ante las nuevas tecnologías. La epidemia de la Gripe A produjo un fuerte impacto en el sistema educativo y permitió, de una u otra manera, que las TIC accedieran a los intramuros de la escuela. Las TIC constituyen una novedad en la cultura planetaria, que marcó un antes y un después, casi comparable a la llegada de la imprenta. Entonces, la institución escolar no puede permanecer ajena y, en algún momento, quizá en una instancia tan crítica como ahora, los muros de la escuela tienen que hacerle lugar y darle la bienvenida a las tecnologías informáticas de la comunicación. Sus docentes tendrán que iniciar procesos de aprendizajes de las nuevas tecnologías para poder hacer uso de ellas en todos los procesos de enseñanza. Esto hasta que no podamos retornar al espacio tan valioso que ofrece la escuela, que es insustituible, pero que en este momento hay que preservar la vida. Eso está primero.
¿Cómo se maneja la ansiedad en esta época?
El manejo de la ansiedad, inclusive del miedo que nos genera la pandemia, va ser un referente del cual nuestras niñas y niños a cargo van a poder aprender cómo manejarse ante situaciones como las que vivimos. Por eso es tan importante recordar que las/os niñas/os aprenden más de nuestras propias actitudes, de nuestras acciones concretas, que de lo que decimos. Quizá que las/os docentes puedan generar actividades a partir de las cuales se puedan poner en palabras los miedos, las fantasías que aparecen asociadas en las/os chicos/as, en relación a la información del Coronavirus que escuchan o leen en redes sociales. Hay que charlar con nuestros chicas/os sobre lo que están pensando y que puedan verbalizar las emociones. También hay poder compartir con ellos nuestras angustias, obviamente reguladas, porque las/os adultos tenemos la obligación de contener a nuestras niñas, niños y jóvenes. No podemos derramar nuestra angustia sobre ellos sin filtro porque seguramente los podemos ahogar.
¿Cómo dar contenidos atractivos con tanta competencia audiovisual y escasos recursos técnicos propios?
No se trata de entrar a competir si no de cooperación. Hay que cambiar la palabra competencia por cooperación. ¿Por qué no atrevernos a introducirnos en algunos espacios recreativos jóvenes para entender qué es lo les resulta más atractivo? Por ahí tenemos que aprender el nombre de un personaje, de una saga de juego, para proponerles una actividad. Debemos recorrer algunos de sus juegos para entender cuáles son las lógicas que priman. Incluso proponerles hacer un análisis crítico para compartir con los docentes y padres a través de las nuevas tecnologías. Esto va ser bastante sorpresivo para algunos familiares porque muchas veces no tienen idea cuáles son los juegos que utilizan los niños, niñas y adolescentes. Adentrándose en ellos uno va a descubrir por qué a veces tienen actitudes discriminatorias, competitivas e incluso hasta violentas.
¿La idea es tomar un elemento del mundo de las/os chicas/os, del universo del alumno, para adaptar las clases y buscar engancharlos? ¿Evitar la competencia audiovisual si no una complementariedad?
No hay que competir. El desafío es la cooperación entre los mundos educativos y recreativos. No hay que padecer el estudio, ni sufrir los procesos de aprendizajes, porque si le ponemos algo de encanto y placer seguramente van establecerse de manera más sólida. Insisto: es todo un desafío para los docentes la necesidad de establecer puentes entre los espacios educativos y los ámbitos que ofrecen las nuevas tecnologías, tanto en materia específicamente educativa como recreativa. Somos los docentes los que tenemos la obligación de acercarnos al mundo de nuestros educandos para poder hacerles llegarles de manera más significativa lo que le ofrecemos en materia de enseñanza.
«El miedo que nos genera la pandemia va ser un referente del cual nuestras niñas y niños a cargo van a poder aprender».
¿Qué otras claves hay que tener en cuenta en estos momentos?
Es importante visibilizar la necesidad de la comunidad organizada en estos tiempos que nos toca vivir. En este tipo de situaciones nadie se salva solo. Necesitamos del otro/a. Es decir, yendo al almacén y acaparando todos los jabones de tocador estoy resguardando a mis hijos e hijas de posibles contaminaciones, pero estoy perdiendo de vista que si mi vecino no tiene para lavarse las manos todo esto se va volver en contra. Cuando transite por los mismos pasillos o ascensores voy a estar tan expuesta como cualquiera a contraer el coronavirus. Me parece que desde esta viñeta cotidiana uno puede inferir un montón de cuestiones. La importancia de la solidaridad y cooperación de la comunidad organizada es clave para hacerle frente a estos desafíos que nos presenta la pandemia.
¿Cómo les explicamos a las/os chicas/os, como padres, madres y docentes, por qué estamos en cuarentena?
Una pregunta infaltable es ¿por qué estamos en cuarentena? De una u otra manera ese interrogante se la van hacer las niñas, los niños y adolescentes que estén en nuestro cargo. Siempre hay que responder con la verdad, regulando la información, y dependiendo de las posibilidades de entender nuestras respuestas. No hay que excederse dando información que las/los chicas/as no han pedido. Debemos generar un espacio de escucha y tenemos que estar atentos a las preguntas que hagan. Nunca hay que apelar a la mentira, ni inventar o salir por el lado de la ficción ante las consultas que las/los chicos nos hacen. Si no sabemos la respuesta lo mejor que podemos hacer es contestarle que no la conocemos y que hay que investigar. Incluso, en este momento, los expertos no tienen todas las respuestas sobre la pandemia. Hay que pensar al COVID-19 como también una situación de aprendizaje.
¿Qué dinámica familiar hay que tener en cuenta dentro del contexto actual?
Lo más importante es tener cierto orden y organización en nuestras rutinas porque eso nos va a resguardar de una situación de confusión en donde la angustia aprovecha para ganar espacios. Hay que establecer franjas horarias para actividades diferentes como el colegio, el juego, la interacción con los adultos del entorno y actividades artísticas. El orden nos contiene. Hoy más que nunca, ante los desafíos que nos toca, hay que armarse una pequeña rutina y agenda, pero por supuesto no tiene que ser rígida. Ese organigrama nos va ayudar mucho en estos tiempos, aunque fundamentalmente nos va a contener de la angustia que genera la desorganización, que provoca confusión y da lugar a los miedos. Estos a veces se apoderan de nosotros.
¿De qué manera, como docentes y padres/madres, explicamos el manejo de la sobre exposición a los medios de comunicación? ¿Es una época para educar en la responsabilidad social de los medios?
Hay que remarcar la importancia de consultar fuentes veraces y confiables. No cualquier cosa que circula por los medios es realmente información seria. Incluso, en algunas ocasiones, la información que está circulando puede generar más daño que resolver los problemas o inquietudes. Esto pone sobre la mesa una temática que tiene profundas connotaciones éticas y políticas: aquel que maneja los medios de comunicación puede hacernos creer o pensar cualquier cosa. De alguna manera tienen el poder de nuestras mentes. Por eso tenemos que mostrarles a nuestras niñas, niños y jóvenes que tenemos que chequear bien las fuentes de información y que el solo hecho de que estén subidas en las redes no nos garantiza que esos datos sean confiables y válidos.
¿La docencia puede ser una herramienta trascendental para explicar por qué no hay que salir a la calle?
¡Qué importante es tener en cuenta el peso y el papel de la palabra docente en estos momentos! Sin dudas lo que digan los maestros y maestras a sus alumnos, de cualquiera de los niveles del sistema educativo, va ser replicado al interior de los hogares. Hay poder capitalizar el espacio escolar, en este caso a través de las nuevas tecnologías, en el que los docentes tienen un peso fundamental como ordenadores de la vida social, de la comunidad organizada que hablábamos antes. Debemos rescatar el valor de la palabra de los docentes para enseñar cuestiones fundamentales que hacen a la vida en este tiempo de pandemia. Sin dudas va ser replicado en todos los hogares lo que la seño diga. Sobre todo la importancia de lavarse las manos, de no salir a circular por la vía pública a menos que sea estrictamente necesario, el no stockearse con compras para que nuestros vecinos no se queden sin acceso a distintas cuestiones fundamentales y esenciales que hacen de la vida en estos momentos. Una vez más la escuela y sus docentes tienen que hacer docencia y serán reconocidos porque su palabra tiene mucho peso, ya que llega a nosotros a través de nuestros niños, niñas y adolescentes. Los docentes tienen un papel muy importante.
(*)Gabriela Dueñas, Doctora en Psicología, Licenciada en Educación, psicopedagoga y docente universitaria.
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Fuente:http://sadop.net/2020/04/03/hay-que-pensar-la-pandemia-como-tambien-una-situacion-de-aprendizaje/