Jugar a las escondidas sin esconderse
Con esto de las repetidas recomendaciones de cuidarnos para contrarrestar los efectos del coronavirus, vemos que muchos están más preocupados por cuantos positivos o cuantos muertos ya tenemos, que por dar una batalla responsable contra ese enemigo que ya lo estamos conociendo.
Lo estamos conociendo, al enemigo, y en carne propia, sin embargo no le estamos tomando el peso, porque no nos cuidamos nosotros, y muchos menos a los demás. Ya estamos dejando de ser solidario hasta en esto. Porque haciendo caso a las recomendaciones para cuidar nuestra salud, estamos abriendo las puertas de nuestros hogares a que entren los contagios y también la muerte.
Queremos jugar a las escondidas para que el virus no nos atrape, pero muchos van a cara descubierta a farolear por el centro como si fueran inmunes a la pandemia.
Y ahora, apenas nos abrieron la tranquera para habilitarnos en algunas actividades, ya nos pasamos de la raya y nos fuimos a los extremos como si nada hubiese pasado.
Y el gobierno de la provincia también tuvo su culpa; por no ser más rigoroso en las disposiciones o en sus mensajes, cuando dice que no iban a permitir que entraran más personas a la provincia; e igual siguieron haciéndolo, con o sin la complacencia de algunos funcionarios.
Muchos que están la primera línea de combate contra el virus están cayendo; por el cansancio, el no reconocimiento, la falta de bioseguridad y demás elementos. Y están contagiándose y peligrando su vida y la de sus seres queridos.
¿Qué más necesitamos que pase para que entre todos nos cuidemos, y comencemos a ver la gravedad de lo que nos está pasando. Si salimos airosos de esto es con el esfuerzo mancomunado de todos, gobierno y pueblo. Sino muchos no vivirán para contarlo. ¿Eso esperamos?
Nuestra principal consigna, ahora, es CUIDARNOS por uno y por todos. ¿Lo vamos a entender antes de que sea demasiado tarde?