“Agachate que vienen los Indios”

Con la última Marcha de los Pueblos Originarios, desde el Norte hacia la Capital, muchos se pusieron muy incómodos porque no les cae nada bien que esos hombres y mujeres hayan tomado la iniciativa de hacer visibles sus reclamos que, por otra parte, son más que históricos...endémicos y como siempre con respuestas parciales, cual promesas electorales que sirven por un momento y nada más.

 

Esta vez no fue necesario viralizar, por todos los medios posibles, el drama de la desnutrición, el hambre y las muertes de madres y niños que, en realidad fue utilizado más bien para sacar réditos políticos más que para encarar un verdadero proyecto de desarrollo en la región, con los hermanos originarios incluidos. Esta vez no fue usado por ellos como excusas para salir a exigir sus derechos como argentinos, y salteños.

 

Ellos marcharon por sus derechos a ser parte de su presente y futuro. Y por ello querían ser parte y participar de un proyecto de desarrollo, crecimiento, salud, educación, producción, preservando el medio ambiente y su hábitat y la soberanía alimentaria.

 

Y pienso que ahí fue donde los integrantes del gabinete provincia erraron en su apreciación de ese movimiento, y arrastraron con ellos al propio gobernador.

 

Le tuvieron miedo a que esa marcha se convirtiera en algo difícil de manejar y provocar otras rebeldías que los imitaran.

 

Fueron a pararlos en mitad del camino a la Capital pero ellos querían sentarse en la mesa del “señor” de la Casa  de Gobierno, en el Gand Bourg.

 

Ya no querían cambiar espejitos de colores por su dignidad como pueblos originarios.

 

Por primera vez ellos no querían recibir acostumbradas limosnas. Querían ser parte de la construcción de su soberanía como pueblos. Y así lo demostraron a pesar de que soportaron la espera y los desajustes del gobierno de la provincia. Ahora quieren otra mirada sobre ellos; y creo que algo deberá cambiar en las futuras política para la zona.