Política electoral y la pandemia

Así como se la ve en estos tiempos, no es compatible… la política meramente electoralista con la pandemia. Pero hay que entender que para combatirla es necesario hacer política y no estar improvisando.

 

Y siguiendo viejas costumbres, vemos como algunos políticos (tanto oficialistas como opositores) se aprovechan del estado de vulnerabilidad y temor que vive la gente, y juegan a ser los buenos “samaritanos”, repartiendo favores, pero con la sola intención  del voto, para seguir siendo parte de la clase privilegiada que prometen cosas y que luego si te he visto no me acuerdo.

 

Es que, a la luz de los hechos, hablar de política o planificación sanitaria, es demasiado pedir para algunos funcionarios. Por eso es que siempre van detrás del problema. De prevenir poco o nada. Claro que a la hora de cuidar su propio pellejo, no dudaron en ponerse primeros en la cola para vacunarse, aprovechando su lugar de privilegio en el gobierno o ser amigo de él. Creo, sinceramente, que hay funcionarios que deberían vacunarse;  y nadie podría decirles nada, porque son agentes que están en permanente contacto con otras personas con un alto riesgo de ser contagiados y de contagiar a otros. Lo que sí molesta que se lo quiera tomar a la gente de “pelotuda”, sabiendo que estos tiempos de tantas y usadas redes sociales, nada se puede esconder.

 

Es que no hay planificación seria, responsable. Y así estamos, cuando todo se mueve a fuerza de la improvisación o por querer parecer buenitos una vez que son descubiertos. “Nosotros hacemos lo que la gente quiere y porque nos debemos a ellos”, manifiestan algunos funcionarios con total ironia.

 

Pero en realidad no tienen un programa, una política clara de sacarlo de la marginalidad y el estado de aletargo en que se encuentran el pueblo frente a la Pandemia y las consecuencias que trajo con la salud, la vida y, por sobre toda, la falta de esperanza de que se va a salir de esta crisis sanitaria, viendo que el gobierno provincial no tiene políticas de contención e inclusión clara y posible. Y el gobierno  de la Ciudad está en el mismo nivel de improvisación y falta de respuestas a los ciudadanos.

 

La POLITICA es muy buena, aunque la gente piense que es mala, porque cree que es símbolo de corrupción, explotación y aprovechamiento de la pobreza, con políticos que hacen sus campañas electorales con promesas que ni ellos mismos la  creen

 

El pueblo está más desorientada que “turco en la neblina” o de “perro en cancha de bochas”. Es que ahora, mientras desde el gobierno, piden que hay que cuidarse mientras llegan nuevas vacunas para aplicarla a la mayor cantidad de ciudadanos posibles, se convoque a votar, en Salta, el 4 de julio, en plena segunda ola de la Pandemia, cuando se pueden hacer en el último trimestre del año. 

 

Claro que, en toda esta confusión, que la hay y nadie lo puede negar, es más fácil para los que hacen “política”; o en otros “Politiquería”, confundirlos y encontrar el terreno apto para sembrar las dudas y, como se dice vulgarmente, a rio revuelto ganancias de pescadores. Es más fácil, así como está la  gente en lo sanitario y en lo económico (para la mierda en muchos casos), poder engañarlos, una vez más y sacarle un voto para seguir con la política de siempre, comprar voluntades y seguir preservando, a toda costa, los espacios de poder, para unos, o de bufones privilegiados para otros.

 

La política siempre fue buena, lástima que las que tienen que ejecutarla no siempre están a la altura de sus principios: honestidad, transparencia y con verdadera vocación de servicio hacia la comunidad que lo ha elegido.