Poco para decir y mucho por desear
Esta semana hay mucho por decir, sin embargo creo que no estoy de ánimo como para seguir ofertando lo que pienso, porque mi ánimo, como me imagino que de muchos de los salteños, no es de lo mejor.
Vemos como la clase dirigente que comanda los destinos de nuestra provincia y Capital, siguen diciendo las mismas “guevadas” de siempre.
Prometen que van a darnos mayores posibilidades y oportunidades a los salteños, pero su accionar hace que sigamos pensando que todo lo que están diciendo es parte de la estafa que le están haciendo a los ciudadanos, abusando de su buena fe.
¿Acaso no podría, la Convencional Constituyente poner, en el nuevo texto constitucional, que todos los funcionarios que entren a ejercer un cargo público, declaren bajo juramento, su patrimonio, no solo al entrar, sino también al dejarlo?
Queremos saber que tan honesto son, si realmente son capaces de servir a los ciudadanos, desde sus puestos ejecutivos, legislativos o judiciales, sin que se les pegue una estampilla que no les corresponda llevar.
Dejemos de pensar que llegar a un puesto de gobierno es solo para tomar por asalto la caja del erario público.
Es mucho pedir me dice el Dire.