Los iluminados corporativos

Cuando vemos los actos y ejemplos que nos están dando algunos funcionarios, que van de un cargo a otro, pero siempre cayendo en las mieles o privilegios  de vivir, no importa cómo, del erario público, nos da bronca.

 

Y que podemos decir  si el pueblo piensa mal de estos que toman por asalto los despachos de los gobiernos, nacional, provincial o municipal, para  que les agarre un “ATAQUE DE IMPORTANCIA”, creyéndose los iluminados que llegan, a donde llegan, porque sólo por ellos los más pobres van a tener la oportunidad de un futuro mejor.

 

Lo que no dicen, aunque la gente ya no come vidrio, es que nada de lo que ellos hacen, es gratis. Aunque en verdad eso no sería el problema; porque entendemos que todo  el que trabaja tiene derecho a un buen salario. El tema es que amén de quedarse con gran parte de la torta de los recursos del Estado, son verdaderos rapiñeros que por NADA QUIEREN TODO. Y las más de las veces a costa  de fomentar las grandes desigualdades, que aumentan la pobreza, la desnutrición y la ignorancia entre los ciudadanos que caen, cada día más , por debajo de la línea de pobreza.

 

En el orden local, todo hace pensar que son siempre los mismos privilegiados, o iluminados de la política de siempre.

 

Con el nuevo presupuesto para el 2022, está demostrado que el área de desarrollo social, no es tan importante para el  gobierno. Los pobres son cada vez pobres, pero la  ayuda para salir de su marginalidad ya no es necesaria aumentarla. Al contrario, los mayores recursos tienen que ir para las grandes obras faraónicas. Y esperemos que no se vayan a enfermar más que este año (que ya de por sí son muchos), porque en salud también entró la guadaña de los iluminados; con lo que difícilmente podamos asegurarnos un estado presente en todos los estamentos o estadio de atención de una buena salud para los habitantes.

 

Ahora entiendo eso de lo que se dice, desde el gobierno, que se va a aplicar un ajuste en materia de los recursos para el año que viene. La prueba está que ya lo tiene previsto con la reducción en las partidas destinadas a Salud y Desarrollo Social.

 

 Es como decir que ya hemos superado, no solo la pandemia del COVID 19, sino la eterna pandemia de la pobreza y la desigualdad. Ahora hay que mirar para otro lado y decir que vamos a progresar, en esta provincia, con los que queden de este triste proceso de marginalidad, pobreza, desnutrición y muerte.

 

Un par de miles de millones, destinado a un sector más que para otros, no es el caso. El caso es que no se logra cambiar la actitud de nuestros gobiernos que sigue alimentando a los mismos zánganos de siempre, que solo están en el gobierno para cobrar por lo que no trabajan...o cobran, además, haciendo pingûes negocios para sí o para otros.

 

La pandemia que  tenemos que erradicar, si realmente queremos progresar y crear las condiciones de un desarrollo integral e inclusivo, es la CORRUPCIÓN.

 

Si no la erradicamos, es todo Cháchara. Y otra vez espejitos de colores para que pensemos que estamos mejor.