Resignación en la granja revoltosa

Cada vez es más difícil, para los pobres y marginados de nuestra sociedad (que dicho sea de paso son cada vez más), entender qué clase de cuero tienen los dirigentes que no les entran ninguna bala. Nada los conmueve.

 

La noticia de que un diputado se quedaba con la plata de una de sus colaboradoras, si bien es para ser repudiado y castigado no solo socialmente sino incluso penalmente, no es algo nuevo. Esta práctica, disfrazada de  distintas formas, ya venía pasando hace mucho tiempo atrás.

 

Y no sólo en el ámbito legislativo, sino incluso en el mismo Poder ejecutivo, tanto provincial como municipal.

 

Es que estamos  ante un hecho, que siempre lo estamos resaltando en nuestra columna, la falta de ética da como resultado la encubierta corrupción.

 

Es que estamos embadurnados de sospechada corrupción, ya sea por acción como por omisión. Vemos como la corrupción está matando más niños que muertos visibles en la guerra de Ucrania.

 

Y lo que llama  poderosamente la atención, que algunos funcionarios, legisladores, empresarios y también dirigentes gremiales y sociales, que se llenan la boca defendiendo la transparencia, pero la vapulean y denigran con sus acciones.

 

Hay gente honesta, en todos los estamentos de nuestra sociedad; pero se ven impotentes al saberse que ya no son partes de la mayoría sino que ya pasaron a ser parte de la excepcionalidad de una sociedad.

 

Entonces aparecen episodios de jóvenes y padres de familias, que  buscan el camino fácil de la vida y sin ningún esfuerzo quieren tomar lo que quieren o necesitan, haciendo justicia social por sus  propias manos. Claro, es que los que deben dar el ejemplo, los que dicen que están al servicio del bienestar de la gente, apenas si les tiran unas migajas de lo que ellos cosechan por vía de, hablemos claro, del “afano” con guantes blanco.

 

En nuestra provincia y en nuestra ciudad, para mirarnos de cerquita nomás, estos malos ejemplos cunde por donde se mire. Y encima, con las muertes de niños por desnutrición en sus espalda, desvían la atención de esta verguenza nacional, repartiendo bolsones de alimentos (digamos mejor bolsones de pobreza) como queriendo acallar su conciencia (algunos dicen que no la tienen) para tener el favor de sus votos para seguir saqueando el erario público...total, aquí nadie va preso por eso...aunque tenemos ejemplos de justicia cuando se castigan a un pobre que roba una gallina porque no tiene para dar de comer a sus hijos. 

La granja de nuestra comarca esta revoltosa... pero esa silenciosa rebelión no alcanza para cambiar... claro, ya no tienen fuerzas de tantas necesidades acumuladas que ya optan por resignarse  a su triste destino.  Así las cosas, flaco favor le estamos haciendo a las futuras generaciones... que ya creemos que nacerán famélicos, sin futuro posible por su falta de educación y de trabajo.

 

En una provincia tan rica; hablamos que tenemos el boom de la minería, nos preguntamos qué hacemos para que nuestros jóvenes puedan ser parte activa de ese boom. Porque la oferta educativa es muy escasa y en algunos casos precaria ante los nuevos desafíos del presente y del futuro. ¿Habrá lugar, en este boom para los pobres?