¡Me anoto en la carrera electoral del 2023, prometiendo lo que sé que no voy a cumplir!!!
Y bueno, me parece que ya me agarró el gustito por un carguito en el gobierno, contagiado (parece que es como el COVID 19) pero con la ventaja que eso no te lleva a terapia intensiva, sino a una intensiva terapia de privilegios que a muchos no le hacen asco y quieren seguir gozando y otros llegar hasta ahí.
Pero, para disimular mis verdaderas intenciones para qué quiero llegar al poder, nada mejor que recurrir a los viejos y siempre presentes slogan de campaña.
Y aunque no me la creo a esas promesas vacías de compromiso y respeto por mis buscados electores, igual me voy a poner a prometer lo que, una vez que llegue al cargo, me las paso... ya saben por dónde; y aprovecho mi tiempo en ganar dinero, privilegios, influencias y a lo sumo compartirlo con mis más caros amigos y uno que otro familiar, esposa, hijos y, para no ser menos, con alguna amante que me ayude a llevar la pesada carga del juego de la perinola: 9 para mí, 1 para los demás.
Y el pueblo me va a saber comprender, si de robar se trata...si de privilegios se vive, va a entender que yo soy un hombre magnánimo y querible si algo hago por sus pueblos, sus familias o comunidades. Aunque sea solo las migajas de los grandes festine que, con seguridad, me voy a dar ...porque para eso quiero ganar.
Entonces tengo que estar presente en todas y cada una de las ediciones mediáticas de las redes sociales, y siempre dibujando una sonrisa que cautive el corazón y los sentimientos de mis pobres hermanos que, sabiendo que prometo igual que los otros candidatos (nuevos o viejos), van a darme la oportunidad de demostrarle que sí puedo ayudarlos y darles las oportunidades y posibilidades para alcanzar sus sueños de vivir mejor se concrete.
Sin embargo tengo un problema... no soy pintudo, no tengo dinero para montar la mejor campaña para superar a los que ya están; u otros que piensan igual que esos o desconfían de mis intenciones no tan santas.
Por eso creo que de entrada estoy perdiendo por goleada. Porque apenas vean mi afiche van a decir: “mmm... este tiene cara de mentiroso y de chorro!!!”; y se van a volcar por un vivir de la política conocido que un buen ciudadano por conocer.
Y bueno, creo que mis conciudadanos están en todo su derecho de pensar eso de mí...una porque soy un triste desconocido... más pobre que un linyera con bolsillos rotos donde no le duran las monedas que le dan...y además, ya se nota a la legua, que no tengo carisma para prometer y no cumplir.
Sé que la Salta año verde no sólo que no existe, sino que es solo una utopía.