Seguimos en modo campaña...¿para cuándo gobernar en serio?
Seguimos escuchando a los políticos, y sus acólitos, aún falta mucho para las elecciones (?), “antes que hablar de candidaturas, tenemos que atender los problemas de la gente”.
Estas expresiones, al menos a mí (aunque escucho que a mucha gente también) me dan usted sabe por dónde.
Los dos candidatos lanzados hace tiempo, y que mientras simulaban “gobernar para la gente”, ya uno se acostumbró a pensar que desde el minuto uno de su asunción como gobernador e intendenta, con Gustavo Rubertiño “me da hasta ahicito” Sáenz y Bettinita “sonrisita de patrón” Romero, eran los que utilizando el aparato de los gobiernos (provincial y municipalidad) fueron tejiendo durante todos estos tres años, y chirola, las alianzas de acuerdos, muchos de ellos ocultos, para asegurarse que la cancha electoralista, este inclinada siempre a su favor.
El tema que, como ya estamos en campaña, con miras a un cargo electivo para el 2023, son muchos los que comenzaron a hacer ruidos, subiéndose en las necesidades de la gente, para llevar agua para su molino.
Por lo pronto, hay candidatos o dirigentes que además de no aportar nada a favor de cambiar la situación que dicen conocer, pero claro que de lejito, no sea que se le salpique el hedor de la miseria que viven muchos de sus ansiados electores.
Debemos decir que nuestro gobernador “me da hasta ahicito”, ha demostrado ser un gran gestor de recursos a nivel del gobierno nacional. Ha conseguido recursos, para obras, para planes, programas, para mejorar el sistema de salud y de educación, pero peca de no tener un verdadero plan de gobierno que contenga y con beneficios, los recursos que consigue en su gestión ante el gobierno nacional, o de cualquier otro organismo internacional de crédito.
En el 2007, escribí un libro titulado “LA SALUD PÚBLICA COMO RAZÓN DE ESTADO, LA EXPERIENCIA DE SALTA”. Y allí expongo los problemas de la salud pública de entonces (cuando ahora estamos casi igual a entonces y en algunos aspectos peor). Y advertía, por ese entonces, que el presupuesto destinado a salud, en algunos casos era superior a otros países de la región y, en nuestro caso como provincia, superior a otras provincias del NOA. Y entonces me preguntaba porque, con tanto presupuesto, no podías solucionar los problemas de nutrición y muerte infantil. Es muy sencillo, es presupuesto estaba mal invertido y en programas o planes no convenientes (para ser benévolos).
Y lo mismo pasa en educación y en otras áreas de la capacitación y prevención.
Y en el caso de la municipalidad de Salta, es exactamente igual. Hay para invertir pero se invierte mal y sin un sentido de planificación y transparencia. En la municipalidad, se nota más la intencionalidad de la “Patrona” de planificar con los amigos y para los amigos. Siempre hay una sospecha de hacer una obra aún costo que supera la racionalidad de un presupuesto transparente. Y encima desguazando el patrimonio municipal en favor de la actividad privada que es socio de la tercerización. Pero dónde están los controles, dónde están los candidatos que dicen querer cambiar.
Si hasta vimos que algunos que deben ser los que controlan los actos de gobiernos, estuvieron en su silencio cómplice, mirando para otro lado las desviaciones que se daban en la ejecución del presupuesto aprobado, y luego se presentaron como candidatos. Obviamente que no sacaron si ni siquiera para la sal.
En definitiva, sí estamos en tiempos de campaña electoral. Y está bien que la democracia sea la protagonista de las transformaciones que necesita nuestra provincia y nuestra ciudad.
Pero no se olviden, los que hoy están en el gobierno, que el poder es prestado y muerde.