Con quién y por qué

Sin dudas que este verano es bastante atípico. No sólo por las altas temperaturas reinante en todo el país sino, en el caso de Salta, con una gran escasez de agua.

 

Pero a esa crítica situación meteorológica, y a la falta de planificación e inversión para la provisión de agua potable,  se agrega el recalentamiento electoral que ya se siente en los muchos o pocos candidatos que se muestran en los distintos medios de comunicación y redes sociales, mostrándose como los mejores candidatos a ocupar o la gobernación, las intendencias, o cualquiera de los cuerpos legislativos, tanto provinciales como municipales.

 

En mi caso particular, nunca he visto tanta pobreza en una campaña electoral.

 

Nuestro actual gobernador, Gustavo “el que me da hasta ahicito” Sáenz,  desde el primer día de asumir como tal, puso en modo campaña tu derrotero por la provincia. El tema que después de haber acomodado las elecciones generales para el 14 de mayo, suspendiendo las pasos para que el pueblo elija quién quiere que los represente, hoy ve que todo su esfuerzo, de gestión y política de gobierno, no es suficientemente reflejado en los números de las encuestas. Si bien dicen que podría ganar, le muestran, como una cachetada a su orgullo,  que no lo será por el margen que le hubiese gustado. Muy a pesar de que prácticamente no hay una oposición seria que le pueda hacer sombras a su reelección.

 

Muchas cosas se ven en obras, mucha gestión para conseguir recursos a nivel nacional, pero en la gente hay una sensación de que todo ese esfuerzo no responde a un verdadero plan de gobierno para proyectar a la provincia con un horizonte de desarrollo y crecimiento equitativo y más inclusivo, para romper tantos años de desigualdades, con el aumento alarmante de la pobreza, desnutrición y desempleo.

 

Y para colmo, ya es un hecho que tiene que llevar cual mochila no deseada aunque por ahí necesaria, de una intendenta de la ciudad de Salta, Bettina Romero “La patroncita de Estancia”, que gobierna en soledad, con soberbia. Como si la Muni fuera una empresa familiar y los empleados simples peones para obedecer y sin derechos a protestar.

 

Con todo eso, la oposición, que en realidad es más un “chiste” que lo digan, solo juegan con fuegos artificiales que ni siquiera deslumbran al más distraído de los ciudadanos.

 

Que pobreza de políticos por Dios!!!. Así no cambiamos nada