¿El 14 de mayo sabemos a quién y qué votamos?
En medio de este circo de peleas, que se están dando en el marco de las próximas elecciones del 14 de mayo, aparece en nuestra ciudad nada más y nada menos que un famoso circo internacional, que nos viene a mostrar todo lo fantástico que puede ofrecer un circo, tanto para grandes como para chicos.
El tema que en nuestra provincia ya tenemos potenciado a los principales actores de un circo provincial, donde los actores (en su inmensa mayoría), son archi conocidos, sabemos que a qué tipo de estímulos van a reaccionar para ofrecer unos de los espectáculos más sorprendentes de los últimos tiempos.
Hace tiempo que venimos hablando, desde esta columna, que no podemos avanzar hacia un futuro promisorio si no cultivamos la tolerancia, la honestidad y la ética en el ámbito de la política. Y el gran espectáculo montado, en las redes sociales, en las publicidades, no tiene nada de interesante para escuchar o reflexionar para luego saber a quién vamos a votar. Porque el mayor interés de los candidatos, no es llegar a un cargo para llevar soluciones a los problemas de los ciudadanos, sino acercarse, cada vez más, al calorcito del poder para ver si pueden garronear alguito, aunque sea, aunque en ello se le vaya la dignidad y la decencia para ser verdaderos servidores públicos en la provincia.
Y a pesar de que la gente no se cansa de demandar soluciones a sus problemas de supervivencia, lo único patente que se ve en esta loca carrera por alcanzar un cargo, cualquiera sea, es que ninguno de los candidatos ofrece algo que le sirva a la gente. Es todo más de lo mismo. Como dice el dicho: “el mismo perro, pero con distintos collares”.
Y da vergüenza ajena, ver cómo los “saltimbanquis” ya no esconden sus ambiciones personales, y más que una contienda electoral en serio, parece ser un mercado de pases de una agrupación a otra.
Hoy estoy con el oficialismo, y a los días ya se cambia para la oposición. Y viceversa, de estar en la oposición feroz, a horas del cierre de la lista de candidatos, se volvieron oficialistas.
Quiere decir que, con esta actitud, sin convicciones, y tan solo atados a sus propias ambiciones personales, no queda otra que de la misma manera nos van a vender al mejor postor, cuando llegue a algún cargo.
No hemos visto políticas para debatir ideas y ofrecer propuestas para mejorar las condiciones de vida de los salteños.
No sé quién va a ganar, con este mambo de candidatos, da lo mismo uno que otro. Los que están y los que quieren entrar.
Ya nos tenemos que resignar a seguir sufriendo…hasta que algún día sepamos el poder que tenemos en nuestras manos con nuestro voto.
Y si para ello tenemos que cambiar de collar, lo cambiemos...y si no es suficiente, cambiemos el perro también. Porque la rabia es muy peligrosa y mortal.