La Pascua en tiempos electorales. Argentina Año Verde
Estamos en tiempos de Pascua, uno de los momentos de vivencias más importante en la religiosidad del mundo cristiano: La muerte y resurrección de Cristo. La victoria de la Vida sobre la Muerte.
Y es por eso que La Pascua, puede realizar muchas transformaciones y muchos milagros.
Precisamente en estos días se reunieron varias candidatos a gobernador y, cosa realmente increíble, decidieron juntarse para dejar de lado sus diferencias ideológicas y metodológicas... y comenzar a planificar una propuesta de gobierno desprovista de toda mezquindad e interés particular de cada uno. Solo debía estar el interés común del pueblo, para mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos sin exclusión.
Como primera medida, al sentarse sobre la mesa, al mejor estilo del viejo oeste, dejaron sus celulares a la entrada del lugar del encuentro, y fueron recibidos por un par de cocineros que les fueron mostrando el menú de esa noche:
Como entrada empanadas rellenas con buena voluntad y fritadas en la sartén sin mango... De bebida un vino hecho a base de uvas de altura con mucho respeto y un toque distinguido de cordialidad para que no tenga el fuerte gusto de la acidez que da la desconfianza de los secretos guardados para luego desconocerse y dar rienda suelta a las peleas por un lugar en la carrera por un cargo electivo.
Como primer plato fuerte, nada más que un corte de vacío, para que cada uno de los comensales vaya rellenando de buenas ideas y propuestas sanas, en cada bocado que probaran.
Y como acompañamiento de esa carne, un poco de verde para que, en su lento digerir, vaya madurando las formas de encontrar el consenso para salir a buscar, con solvencia, la voluntad del soberano que los va a votar o elegir.
Como postre, un platillo de quesillo con miel, como para endulzar los tragos amargos de una discusión ardua por definir, que propuesta y que candidato será el que se montara sobre ella y de ganar lo ejecutará en todos sus términos, para no defraudar al electorado.
Pero para llegar a esta instancia, era menester darse una discusión profunda y en serio, sobre las cualidades y grado de compromiso, de cada uno de los candidatos. Entonces afloraron los recursos, tan de boga y tan manoseados últimamente como son las encuestas. Cada uno presentó sus propias encuestas, y todos eran ganadores.
Entonces, en un acto de sinceridad, cada uno tuvo que reconocer que pagaron esas encuestas, con recursos dinerarios que no eran de sus bolsillos. Y que además, los resultados de las mismas, eran “truchos”; hechas a conveniencia del que las pedía. Ergo, no reflejaban lo que el pueblo quería o demandaban de ellos.
Entonces, tiraron en un cesto de basura que había en el lugar, todas esas encuestas de “intención de votos” y dieron rienda suelta a su madurez política para darle una salida a estos tiempos políticos que ellos denominaron: “CRISIS TERMINAL DE ÉTICA E IDENTIDAD POLÍTICA”.
Y como nunca antes, con sano criterio de renunciamiento al apego de sus apetencias por el poder, por sobre las demandas de sus compatriotas y ciudadanos, decidieron elegir al CANDIDATO según sus cualidades de idoneidad para el cargo, su trayectoria, su “pegue” con las masas populares y fuerte formación ética y profesional.
Además, ese candidato no sólo debería respetar el proyecto de desarrollo y crecimiento de la provincia y la región; sino que debía prometer, ante Dios, la Patria y el Pueblo, ser austero y honesto en el manejo de los recursos del Estado; volcarlos en beneficio de una política, fundamentalmente, en las áreas de salud, educación, comunicación y transporte, la producción y el empleo.
Pero lo más importante, debía garantizar que se acabaría las coimas, las licitaciones dirigidas o los sobreprecios en las compras y obras públicas. De esa manera, no faltaría recursos para el desarrollo y crecimiento, sin exclusión, y la erradicación de la pobreza y las asimetrías en las que estamos viviendo.
La discusión, como era de esperar, fue dura y por momentos se temió que se iba a romper el pacto que hicieran cada uno de los pre candidatos, al aceptar el convite para esa reunión.
Sin embargo, hubo un instante de cordura y todos se miraron a la cara y vieron que, de seguir así, no iban a sacar a la provincia y el país adelante.
Se puso un florero en medio de la mesa, y papelitos con una birome para cada uno y decidieron votar ellos, el candidato que los iba a representar en la propuesta ante los ciudadanos, en la contienda electoral.
Al sacar el papelito salió el nombre del CANDIDATO, siendo proclamado por todos con aplausos y abrazos.
Había nacido una nueva etapa de UNIDAD PROVINCIAL con proyección NACIONAL para salvar a la provincia y llevarlos a su destino de grandeza.
Había nacido la Argentina AÑO VERDE, con un candidato salteños a la presidencia de la nación, donde la consigna de campaña, para alcanzar el gobierno del país, de una provincia o de un municipio sería, de ahora en más, el respeto y la defensa de nuestra soberanía nacional... romper con las políticas inequitativas y discriminatoria entre puerto y provincias marginales. Trabajar, sin ser ventajeros, en la armonización de los intereses de los trabajadores y empresarios para potenciar la industria nacional y crear empleos genuinos y desarrollar la potencialidad del país.
Formar hombres y mujeres probos, honestos y con verdadera vocación de servicio en todas y cada una de las funciones que les toque desempeñar en la conducción del Estado.
Estamos en tiempo de Pascua... y en esta Semana Santa, debemos reflexionar sobre el país que tenemos ...y el país que queremos.
Lástima que todo esto no es más que un sueño de la ARGENTINA AÑO VERDE, donde tienen cabida las utopías y las buenas intenciones.
Igualmente nada cuesta soñar un poco. Y como decía el Dr. Raúl Alfonsín: “LA CASA ESTA EN ORDEN... FELICES PASCUAS”