Abogados laboralistas unidos contra el ataque a sindicatos: qué es el FAOS

Gustavo Ciampa, referente de la Corriente de Abogados Laboralistas “7 de julio” y uno de los impulsores del agrupamiento, habló del nacimiento del espacio y analizó las amenazas que enfrentan hoy los trabajadores y las organizaciones sindicales.

 

Alertados sobre el avance de un avasallamiento a los derechos de los trabajadores y organizaciones, decenas de abogados y abogadas laboralistas lanzaron un espacio de defensa a sindicatos y dirigentes gremiales: el Foro de Abogados y Abogadas de Organizaciones Sindicales (FAOS).

 

Se trata de un armado integrado por especialistas en derecho laboral, que aunaron fuerzas ante lo que consideran una profundización de un escenario de ataques contra los gremios y sus conducciones.

 

El Foro de Abogados y Abogadas de Organizaciones Sindicales, hoy conocido como FAOS, surgió en 2018 por la iniciativa de un grupo heterogéneo de abogados y abogadas de gremios, con diferentes pertenencias políticas, ideológicas e incluso de ubicación en el mapa político sindical.

 

El objetivo fue «unificar esfuerzos y articular contra el ataque del entonces gobierno nacional de Mauricio Macri a los sindicatos«, contó a Mundo Gremial Gustavo Ciampa, referente de la Corriente de Abogados Laboralistas “7 de julio” y uno de los impulsores del agrupamiento.

 

Abogados y abogadas laboralistas durante la jornada “Democracia y Derecho del Trabajo” realizada en forma conjunta por el FAOS y el ministerio de Trabajo de la Nación

«El ataque de aquel momento iba desde intervenciones de gremios, represiones en marchas y protestas, paralización de cualquier trámite institucional en el Ministerio de Trabajo (ni siquiera emitían certificación de autoridades, que para un sindicato es el equivalente al DNI para una persona humana), la estigmatización pública constante a todos quienes defendiéramos los intereses de los trabajadores, dirigentes sindicales, abogados/as laboralistas -a quienes el entonces Presidente nos calificaba de “mafiosos” por defender a laburantes- y a jueces y juezas del trabajo», explicó.

 

Y añadió: «Un poco nos llevó “la necesidad” a conformar el FAOS, pero despejando diferencias internas pudimos consolidarnos en lo principal que es defender el accionar de los sindicatos en la representación del interés de los y las trabajadores y orientar medidas hacia el fortalecimiento de los gremios que son una institución esencial a un sistema democrático».

 

El FAOS reúne hoy a laboralistas de distintos espacios del mosaico gremial argentino.

 

Entre otros, son caras visibles del armado Horacio Meguira, Gustavo Miño, Daniela Cutufos, Darío Guzzardi, Leandro Recalde, Verónica Quinteros, Hugo Reyner, Héctor Recalde, Damián Loretti, Gustavo Ciampa, Alberto Coronel, Federico Ravina, Hugo Moyano (h), Alvaro Ruiz, Alelí Prevignano y Diego Zang.

En diálogo con Mundo Gremial, Ciampa profundizó sobre las problemáticas actuales, se refirió al Movimiento de Empresarios Anti Bloqueos Argentinos y analizó el caso testigo Lácteos Vidal.

 

MG: ¿Cuál es la evaluación que realizan hoy respecto al ataque a las organizaciones y sus dirigentes?

– Hoy el ataque que motivó nuestra conformación se está profundizando. Además de proyectos de ley que desde la derecha política buscan penalizar medidas que integran el derecho de huelga -lo que implica que quieren que el ejercicio de un derecho humano como la Huelga se convierta en nuestro país en un delito penado con pena de prisión, que sería retroceder más de 100 años en la evolución de los derechos humanos y en nuestro país es algo que solo hizo la dictadura cívico militar- y castigar a dirigentes sindicales por ser tales, todo lo cual se enmarca en la supresión de derechos para los trabajadores y trabajadoras que anuncian harán de llegar al gobierno en las elecciones presidenciales.

 

Además, estamos presenciando que existen sectores vinculados a la política y a esos mismos sectores de la derecha que instan a empresas a desviar los conflictos laborales -que son inherentes a una sociedad democrática- evitando su resolución a través de los carriles institucionalmente previstos de encauzamiento ante los Ministerios de Trabajo y llevándolos a fiscalías o juzgados penales con pedidos de procesamiento y de prisión a trabajadores. Y en esto es muy importante señalar que hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha dicho recientemente -y ello obliga tanto a los gobiernos como a los poderes legislativos y judiciales de cada país del continente, obviamente incluido el nuestro- que no puede perseguirse penalmente el ejercicio del derecho de huelga y que los países deben derogar todas las normas penales que puedan utilizarse para perseguir el ejercicio del derecho de huelga, y que los trabajadores en conflicto no pueden ser penalizados ni por los Estados ni por los empleadores.

 

Gustavo Ciampa

 

Uno de los espacios que irrumpió en el escenario laboral, con respaldo de fuerzas políticas vinculadas a Juntos por el Cambio, fue el Movimiento de Empresarios Anti Bloqueos Argentinos, ¿qué opinión tienen de ese armado?

– Es una asociación que pretende formarse con una denominación simulada, porque no es “Anti Bloqueos”; no se los ve actuar cuando se bloquea una calle por una maratón, ni cuando las patronales rurales cortan las rutas, por ejemplo. Es una movida “anti huelga”, y eso implica tener un objeto ilícito; jurídicamente no puede existir una entidad que tenga como objeto impedir el ejercicio de derechos, y menos aún si consideramos que el de Huelga es un Derecho que está garantizado tanto por la Constitución Nacional como por los Tratados Internacionales de Derechos Humanos.

 

Además, lo que impulsa complica las relaciones laborales, su dinámica, sus instituciones de encauzamiento de conflictos y logro de acuerdos. Y desde esta perspectiva tampoco es “sano” para unas relaciones laborales razonables y democráticas.

 

Los despidos en la empresa Lácteos Vidal y el accionar de la patronal contra los trabajadores y el gremio que los representa fue tal vez fue una de los casos paradigmáticos en ese sentido…

 

– El caso Lácteos Vidal es un caso testigo de lo que venimos hablando. No es el único, pero es uno de ellos. Un conflicto típicamente laboral y gremial, que la empresa agrava generando daño deliberado e intencional a los trabajadores que reclaman por sus derechos, y con personajes que aparecieron como “asistiendo” a la empresa y “echan nafta” al conflicto, amenazan a fiscales y jueces -uno de los jueces llamó la atención sobre los intentos de amedrentamiento de los que fue víctima por parte de la empresa-

 

Y finalmente con un precandidato a Presidente -Larreta- que públicamente sale a incitar a desobedecer las órdenes judiciales cuando publica su apoyo expreso a una mujer que fue sancionada por desobedecer órdenes que le fueron impartidas por el Poder Judicial.

 

Otro de los paneles de la jornada “Democracia y Derecho del Trabajo” realizada en mayo pasado en forma conjunta por el FAOS y el ministerio de Trabajo de la Nación

En este contexto, ¿qué es lo que está en peligro para los trabajadores y cómo influye el contexto electoral en esta ofensiva sobre los derechos laborales?

 

– El contexto electoral tiene impacto pero no porque haya elecciones en sí -lo que es sano para todo sistema social democrático, sino porque hay sectores muy definidos del espectro político cuya intención es suprimir los derechos de los trabajadores. Cuando quieren terminar con el sistema de protección contra el despido arbitrario -el sistema de indemnización por despido- de forma tal que no haya ningún disuasivo para que las empresas despidan sin causa -y vale recordar que despedir no es un derecho, es un acto ilícito- y quieren perseguir el ejercicio del derecho de Huelga, si lo logran no queda ningún derecho para los trabajadores y trabajadoras, porque la protección contra el despido y la huelga son las principales condición y herramienta para la defensa de todos los derechos, y sin aquellas éstos dejan de existir.

 

Y si además de eso son perseguidos quienes defienden a los trabajadores -sus sindicatos y dirigentes y los abogados/as laboralistas- y atacadas las instituciones donde esos derechos se pueden hacer respetar en última instancia -la Justicia laboral y sus jueces y juezas-, se terminaron los derechos de los trabajadores y la sociedad es más injusta y arbitraria. Lo contrario a lo que tendríamos que tender: que la sociedad sea más equitativa y justa.

Fuente: mundogremial.com