“Porros” y bufones del Poder en Salta
La verdad que nuestra Cámara de diputados de Salta, no da para sustos.
Primero fue la ley “antipiquete”, tratamiento exprés y sobre tabla. Proyecto que aprobó por mayoría en Diputados un martes y, el jueves de esa misma semana se aprobó en senadores por apenas por un voto.
Y parecería que, no sabemos por orden de quién (aunque no hay que ser muy inteligentes para entender que el gobierno, que tiene amplia mayoría en ambas cámaras, estaba de acuerdo cuando no, a decir de algunos suspicaces dirigentes, haberlo elaborado en algún oscuro y guillado despacho del Gran Bourg).
En esos momentos, el gobernador podía ostentar el categórico triunfo de las elecciones del 14 de mayo, pero, se notaba que tenía una espina atragantada en la garganta, de un conflicto con docentes autoconvocados y con la impotencia por no encontrar el agujero al mate para destrabar ese conflicto que llevaba 30 días con la efervescencia de los “molestos” piquetes y corte de rutas que puso a Salta como la ciudad o provincia “desnuda”.
Es decir, ese conflicto desnudó la impericia y la falta de políticas y políticos que sepan mediar y dialogar para desactivar o resolver un conflicto tan serio como el que vivíamos todos los ciudadanos, además de indefensos.
Entonces, según algunos analistas políticos y gremiales, no se le ocurrió nada mejor que ir por la tangente y “Ordenar” a la débil y sin criterio propio (perdón por lo que digo, pero eso parece ser así) cámara baja apruebe ese adefesio de ley que dejó asombrados a trabajadores y especialistas en derecho constitucional.
La CGT regional Salta, puso el grito en el cielo, antes de ser tratado por el senado y le recomendó, a este cuerpo, que no lo tratara tal como fuera aprobada por diputado porque estaba atentando contra el derecho de huelga de los trabajadores.
No tuvo eco su pedido y, cual perro que se quema con la olla caliente, rápido salió aprobado, aunque con lo justo.
La CGT elevó una nota al gobernador Gustavo “me da hasta ahicito” Sáenz, advirtiendo que, de no vetar dicha ley, harían las presentaciones para declararla inconstitucional. Y el mandatario se comprometió a vetarla parcialmente.
Con eso, fin de la herramienta de presión para desactivar cualquier intento de protesta.
Es que esa ley, antes de nacer no solo fue cuestionada, sino que tuvo el repudio de un gran arco político, gremial y de movimientos sociales; más la apreciación y postura jurídica de la gran mayoría de los expertos en derechos constitucionales, tanto de la provincia como del del país.
Pero al poco tiempo, la misma Cámara de Diputados, fue la protagonista de otro bochorno político-jurídico, ya que aprobó, con la misma modalidad exprés e inconsulta con los sectores involucrados o con la opinión profesional que requiere cualquier legislación de fondo, aprobaron casi por unanimidad, el proyecto anti fake news”, o noticias falsas.
Y lo que más sorprendió, a propios y extraños, que ningún colega periodista, que están ahí para legislar, dijeron una sola palabra respecto al proyecto. Cosa extraña, porque no toda la vida van a ser legisladores, ni gozarán de los privilegios que hoy tienen. Algún día van a tener que volver a patear la calle y mostrar la realidad, tal como es, a los ciudadanos que los escuchen o vean o lean. Y para mejor, la mayoría siguen ejerciendo activamente la profesión. Entonces, que me perdonen los colegas y diputados, diría que hasta en sus programas deberán cuidarse de ser críticos por el accionar de algunos funcionarios de gobierno porque, o le quitan la pauta o directamente le bajan el programa.
¿Qué le dirán a su audiencia luego de ese papelón legislativo?
Y ahora entiendo por qué se “faranduliza” el accionar de los diputados periodistas. Como el triste papelón que dieron dos diputadas, dentro y fuera del recinto.
No voy abundar en argumentos sobre este proyecto que, ahora sí, el senado parece que no lo aprobaría porque ya se alzaron voces de juristas, medios de prensas y sindicatos, rechazando esto que, a todas luces, es anticonstitucional por donde se la mire.
El intento de amordazar la libertad de prensa o de expresión, lo hicieron durante la dictadura militar. Sin embargo, no lo lograron a pesar que en ello sufrimos la desaparición y muertes de muchos periodistas o cronistas por defender su derecho a informar, y el pueblo bien informado.
Así estamos, esto lo que hay, legisladores que lo hacen a contramano del pueblo y muy alejada de sus necesidades.
Solo digo que los que hicieron ese proyecto, sobre todo el artículo 50, no esperaron la reacción natural de autodefensa de trabajadores, agremiaciones, empresarios de prensa y jurista de mucho peso profesional, ante la grosera pretensión de ponerle un bozal, callando a todos los periodistas, caso contrario cárcel para los que intenten criticar a algún funcionario.
Hay que decir sin pelos en la lengua, que, para la gran mayoría de los salteño, y el país, muchos diputados y senadores provinciales son unos PORROS y en consecuencia BUFONES del Poder de turno.
Pueden ser mayoría en número, en las Cámaras, o tener quorum propio. Pero al ciudadano común le están dando sobrados motivos para descreer en ellos y en los políticos.
Señores legisladores salteños, ya fueron tildados de PORROS, a nivel nacional, y por dos intentos de legislar contra toda doctrina legislativa y con serios tintes de inconstitucionalidad.
Recuperen el nivel de debate serio y profundo al legislar.
Y no sean una simple escribanía del gobierno de turno.
Menos que aún no está sancionada este último proyecto porque… sino que sanción me podría caber por criticar al “honorable” cuerpo legislativo de la provincia de Salta. Aunque el ministro de gobierno, Ricardo Villada dijo que el gober no sabía nada de esto y en caso de que pase del senado será vetada.
Pro igual creo que deben ser coherente…el ejecutivo es rápido para tirar la pelota fuera del campo. “Yo no fui”, dice el ejecutivo y le hecha la culpa a los legisladores.
Si los diputados quisieron quedar bien con el poder de turno, y querer hacer bien los deberes de obediencia debida, creo que los dejaron mal parados. Ustedes tienen toda la culpa del rápido tratamiento y aprobación de esta ley.