Entre la Disconformidad, el enojo y la falta de memoria.

Estamos en pleno proceso electoral, donde los argentinos nos jugamos mucho más que un presidente o una presidenta. Nos jugamos nuestros futuros.

 

El debate del domingo pasado entre los candidatos, no me dejó muy conforme. Yo esperaba mucho más de cada uno.

 

Si debo rescatar que el candidato Sergio Massa, fue el más claro en la exposición de sus propuestas para el desarrollo del país. Fue claro, y expuso con convicción su plan de gobierno a partir de diciembre próximo. Puede gustarle o no a algunos, pero siendo honesto, fue claro en su exposición.

 

El “fenómeno” Milei, se lo vio muy de dientes apretados, como para no salirse de la línea que el libretista personal le había marcado para que no derrapara. Como si estuviera sedado y se lo notó incómodo, en varios pasajes de su intervención. Sin embargo, en un momento se le salió la chaveta, y gritaba y sacó lo más íntimo de su pensamiento, como cuando negó el terrorismo de Estado, y afirmando que “apenas eran 8 mil los muertos y no 30".

 

Pero no fue contundente con sus ideas económicas. No dijo como las podría llevar a cabo. Como que, con el solo slogan de pasar la motosierra, sería suficiente para llevar adelante un programa de gobierno efectivo y exitoso para sacar a la Argentina de la crisis en que se encuentra. La idea que más ponderó, en su participación fue la del recorte del Estado, suprimiendo sus obligaciones ante los derechos mandados por la constitución, las leyes y los tratados internacionales que tienen, en nuestro país, rango constitucional.

 

Para mi Javier Milei fue demasiado flojo, cuando todos esperábamos algo más concreto que simples slogan publicitario de campaña que puede gustarle a muchos que están hartos de las acciones de los políticos y acciones de gobiernos.

 

Y Patricia Bullrich no tuvo una noche feliz en el debate. Muy floja de papeles, como dirían algunos. Si agresiva en algunos momentos, como una reacción propia de la impotencia por no poder lograr expresar, claramente como sacar al país adelante.

 

Schiaretti, solo expuso, siendo reiterativo, lo que hizo en Córdoba, pero poco posible de concretarlo en un plan de gobierno. Pero si fue claro en su pensamiento federalista, como único candidato del interior.

 

Y no podemos de reconocer que la candidata de la izquierda, Myriam Bregman, fue sólida en sus apreciaciones, siguiendo los lineamientos doctrinarios.

 

En fin, poco escuchamos en este primer debate. Aunque creo que Massa fue el más claro.

 

El domingo que viene, supongo, vendrá lo mejor. Tal vez, como en una final de ida y vuelta, en el primer mach no se jugaron a fondo.

 

Esperamos que el domingo próximo, el segundo y último debate antes de las generales del 22 de octubre, podamos recuperar la racionalidad del voto, pero por favor tengamos memoria.

 

Aún tenemos esperanza para seguir consolidando un país con futuro desarrollo sin ajuste pero que sea equitativo e inclusivo.