Extorsión y ajuste como herramientas para disciplinar la pobreza creciente de los argentinos
La política de extorsión y la violencia personal e institucional que veos de parte del gobierno libertario de Javier Milei, parece que está dando resultados en un viejo proyecto de la oligarquía vernácula en la Argentina.
Hasta ahora no hubo un sólo acto democrático de consenso en la discusión de las políticas económica, sociales, educativas y de desarrollo y crecimiento que necesita el país.
No hay mucha diferencia entre la política de exterminio de la última dictadura militar, y este gobierno libertario que a costa de cualquier precio y recurso queriendo disciplinar al pueblo para llevar adelante el pensamiento único y para realidad que no lograron los sucesivos gobiernos de facto para alcanzar, por imperio de la fuerza de las armas, la entrega del patrimonio nacional y el sometimiento de la gran mayoría de los argentinos a la ambición desmedida de una minoría.
Y sien la gente estaba harta de las grietas que se alimentaba desde la oposición y el oficialismo, hoy vemos que, con mucha más virulencia y con acciones y lenguaje de violencia y extorsivo, contra la “Casta” , ahora parece que nuestro presidente, hizo extensivo su actitud de excesiva agresividad, no solo a las instituciones (a la que dice que vino para dinamitarlas como topo, desde adentro) , los efectos de esta actitud, rayando en una dictadura , los blancos de sus ataques por acciones, son los más vulnerables de nuestra sociedad que, cada vez son más.
Sí hay que reconocer que, nuestro país necesitaba que se ordenara, no sólo en lo económico, sino en muchos aspectos. Pero por alcanzar el déficit cero, a este gobierno libertario lo que quiere no es un país ordenado para propender al desarrollo de sus potencialidades y apuntando a un país con crecimiento con inclusión de todas las regiones y sus habitantes. Pero no es el principal objetivo del JAVO. Al contrario, el ajuste es un objetivo, en sí mismo, y no un medio para alcanzar el bienestar de todos los argentinos. Además, el ajuste, quizás necesario para ordenar la economía del país, no es para todos. Los jubilados, los trabajadores, nuestros niños, son los que están pagando el ajuste, mientras que los que más tienen se benefician para acrecentar su patrimonio personal o sectorial.
Pero quiero decirles, que la culpa no es del chanco sino de quien les da de comer. Los parlamentarios del congreso nacional, fueron elegidos para que cumplan, el rol de control y marcar los lineamientos de las políticas que beneficien al país. Y ese rol, de defender la voluntad popular que los puso en ese lugar, no lo están cumpliendo. Incluso dejando que el ejecutivo avasalle, con extorsiones a los gobernadores, su rol de legislar, delegando gratuitamente sus facultades constitucionales. En ese sentido, no nos cabe duda que ahí está la verdadera “casta” que siguen gozando de los mismos privilegios que los ciudadanos, que votaron al “Libertario” Javo, pidieron a gritos que sobre ellos caiga el peso del ajuste y no en los pobres.
Y para colmo de males, a los que el “JAVO” llamó “Ratas” “Corruptos”, gozan de buena salud y con sus mismos o mejores privilegios, porque el ajuste que está haciendo, y el desguace del patrimonio nacional y el hambre de niños sin asistencia alimentaria; y ancianos; la falta de salud; de remedios oncológicos; el desempleo y la quita de derechos a los ciudadanos argentinos, tiene un vergonzoso costo que lo pagamos todos y que siguen usufructuando la casta privilegiada de siempre.
Lamentablemente ya no existe oposición, solo un cambalache de vivos que siguen gozando de los mismos privilegios sin importarles lo que sufren los pobres de nuestra patria.
Así como vamos, con un plan de exterminio generacional, con millones de niños con hambre y sin educación, no tenemos futuro.
Los que nos trajeron hasta aquí, por acción u omisión, que se hagan cargo de todo esto.
Porque tampoco podemos dejar que los responsables que dirigieron este país y esta provincia, pueden dejar de hacer su propia autocrítica.
La falta de ética y honestidad nos llevaron a esto. Al que le toque el sayo que se lo ponga.