Puuum, comenzó la pirotecnia política...pero no cero!!!
Parece que aún siguen tirando los petardos de grueso calibre, los que quieren seguir especulando con la política...mientras todavía no logran dar pie con bola en el manejo de la administración pública, tanto provincial como municipal.
Antes uno estaba acostumbrado, con la vieja política de extorsión y de picardía criolla, a recibir o tirar municiones de grueso calibre, en forma directa, ya sea por declaraciones de funcionarios, a algún medio periodístico de su preferencia, o en forma directa… según sea la conveniencia.
Sin embargo, hoy en día, la forma de querer carcomer la imagen de algún funcionario o político (se entiende que en estos primeros días de sus mandatos deberían ser intactas), es salir a “pegarle” a través de mensajes por las redes sociales. Mensajes anónimos.
Cuando este tipo de práctica se realiza entre dos gobernantes o funcionarios que no son del mismo signo político, por ahí se puede entender. Pero cuando sucede entre dos gobernantes que son de un mismo Frente, la cosa cambia y, por ahí no hay retorno posible, al menos en lo inmediato.
El caso que dos aliados, uno para llegar a la gobernación y la otra a la Intendencia capitalina, por estos días se desconocieron sus compromisos luego de un tácito acuerdo pre electoral.
“Rubertiño” Sáenz, el gobernador, y la “Bettinita” Romero, la intendenta de la ciudad de Salta, se desconocieron por culpa de unos AP, que supuestamente ésta iba a contener, al menos hasta el mes de marzo. Y a pesar de que públicamente había manifestado su compromiso de cumplir con su palabra, a la hora de los bifes no lo hizo.
Según ella, tiene sus razones como que la situación financiera de la comuna no era como se lo pintó “Rubertiño” y sus funcionarios. Y ante ello, éste y uno de sus más cercanos colaboradores, soltaron gruesas municiones en las redes sociales.
Y a partir de ahí comenzó a resentirse la alianza “Bettinita”-”Rubertiño”.
Convengamos que aún, ninguno de los dos ha demostrado demasiadas luces para mostrar con claridad cómo y con qué gobernarán estos próximos cuatro años.
Porque la maquinaria estatal, al servicio de las demandas de la gente, está anestesiada...inerte y con poca capacidad de reacción.
Desconozco los motivos de tanta morosidad para nombrar los funcionarios de la línea media de mandos, y así permitir que las decisiones del gobernador, o intendenta o sus ministros y secretarios, se ejecuten en forma más rápida y ágil.
Y en medio de esta situación de fogoneo entre dos dirigentes de peso, en la política local actual, está la situación de precariedad e incertidumbre de muchos trabajadores.
Y más aún, mientras se habla y se dice, como con lágrimas de cocodrilo, que están preocupados por el hambre de una inmensa mayoría de salteños, hay cosas que no avanzan en ese sentido porque las luces de atención están en otro lado.
En muchos años de vivir los distintos procesos políticos en la provincia, es la primera vez que veo que se esté quemando las naves de los 100 días de gracias que el pueblo les da de tolerancia a sus gobernantes.
Convengamos que lo heredado, no es nada comparable a otras muchas otras, salvo el 2001. Sin embargo, en esa oportunidad, hubo un piloto de tormenta que supo encausar el rumbo de la nave hacia un destino que, para muchos ha sido lo mejor y para los menos no tanto. Pero se salió.
Sabemos que ambos gobiernos, provincial y municipal (o municipales en general) están con las arcas cuasi vacías para poder desarrollar los proyectos que hacen a brindar un mejor nivel de vida a los salteños.
Pero para eso hace falta que nuestros gobernantes salgan del MODO AUTISMO, y se abran a las demandas de una sociedad que requiere mayores niveles de participación en un proyecto de provincia o de municipio.
Ya nadie cree en el mesianismo. Sino en la construcción de un proyecto que contengan a todos los salteños.
Y en ese sentido, es necesario que trabajemos sin soberbia, sin mezquindades y con la sana intención de ser servidores públicos honestos y con verdadera vocación de servicio.
Y quiero aprovechar para meter un aviso parroquial: los gremios, deberían tomar la posta de la lucha de los trabajadores, y sentarse a trabajar, en un gran acuerdo entre las partes (gobierno, empresa y trabajadores), para juntos buscar las soluciones, los recursos y la operatividad para sacar adelante el municipio, la provincia y, obviamente, el país.
Sabemos que no está fácil la cosa. Pero no nos queda otra que ponernos a trabajar, en vez de andar arrojando pirotecnias que hacen más ruido que frutos necesarios para crecer.
El pueblo les dio la confianza....Ahora cumplan… funcionarios.