El diputado de Unión por la Patria y secretario gremial de la CGT, en una entrevista realizada por RADIO AM750, adelantó cuál es el paso que debería seguir la central obrera, después de la caída de la Ley. También analizó el desenlace que se dio en la Cámara baja.

Tras la caída de la Ley Ómnibus en la Cámara de Diputados, por la vuelta a comisión del proyecto, el legislador de Unión por la Patria y secretario gremial de la CGT, Mario «Paco» Manrique dio su visión del hecho.

 

«Nos sorprendió, pero también era algo normal que pasara. Fue un proceso legislativo totalmente irregular desde su nacimiento; terminó como terminó por impericias del Gobierno», expresó el diputado durante una nota que concedió a RADIO AM750.

 

Sin pasar por alto las negociaciones de quienes «intentaron» acordar puntos con el Gobierno, Manrique dio a entender que el resultado se veía venir dado que hubieron muchas idas y vueltas y, a eso se sumaba el rechazo de diferentes sectores que habían ido a las comisiones para marcar que no estaban de acuerdo «ni con la Ley, ni con el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU)».

 

Dicho esto, el diputado lanzó: «Queda en claro que la antipolítica, no es una herramienta para hacer política. No se pueden cortar los diálogos, no cumplir con la palabra; eso es lo que les pasó a sectores como los radicales que creyeron en un hombre que permanentemente los atacó y maltrato».

 

Respecto al DNU, dijo que «es una herramienta muy importante que le está haciendo daño a la economía diaria de los argentinos. Habrá que exigir nuevamente la conformación de la Bicameral para definir su destino y terminar con esta historia», y avanzar en un camino de más «coherencia política», señaló el gremialista.

 

Consultado por la estrategia que seguirá la CGT, reflexionó: «Hemos dado un paso adelante con el retiro de la Ley, el próximo será voltear el DNU, y después tratar de encontrar una alternativa de diálogo con el Gobierno para poner un equilibrio económico de los trabajadores», marcó.

 

De igual manera, advirtió que, si la CGT no encuentra un canal de diálogo «por las buenas, lo encontrará por la conflictividad». Si bien aclaró que esa no es la idea, porque puede llevar a un escenario «peor que el del 2001«, Manrique deslizó que «hay que saber manejar bien los tiempos».