Los avatares por los que pasó la Puna de Atacama en su evolución geopolítica hasta llegar a lo que hoy es la Puna Argentina, merecieron de centenares de estudios históricos.
La Guerra del Pacífico de 1879 va a generar un quiebre en el espacio centro andino al ocupar Chile territorios de Bolivia y Perú.
Bolivia pierde Antofagasta y gran parte de la actual Puna Argentina, mientras que Perú pierde Iquique y Arica.
Discusión de límites
Hacia finales del siglo XIX comienza a debatirse el arreglo de los límites y quedaba claro, por una historia de laudos arbitrales previos, que la cresta de la Cordillera de los Andes dividía el dominio Atlántico para Argentina y el dominio Pacífico para Chile.
El problema surgía al llegar al paralelo de 27´ de latitud sur ya que allí el orógeno se divide en dos portentosas ramas; la cordillera volcánica al oeste y la cadena montañosa (tectónica) al oriente. Ambas de gran envergadura y con cumbres que superan los 5 km sobre el nivel del mar.
Aun cuando las alturas más grandes se alcancen en la Cordillera Volcánica (CVZ) que contiene a los volcanes más altos del mundo que superan los 6 km sobre el nivel del mar (ejemplo: Ojos del Salado, Pissis, Bonete, Llullaillaco, etcétera). Entre ambas cadenas, abrazada en su interior, queda encerrada una enorme cuenca de drenaje endorreico conocida como el Altiplano-Puna.
Por tanto y sin hilar fino esa región cerrada, a 4 km sobre el nivel del mar, no era ni atlántica ni pacífica. Si se tomaba como referencia la divisoria de las aguas quedaba en un limbo. Si en cambio se usaba a las altas cumbres, entonces la demarcación debía correr por la cordillera volcánica del oeste, uniendo los altos volcanes y dando así un preciso límite arcifinio.
La imposibilidad de llegar a un acuerdo entre Argentina y Chile llevó a un laudo arbitral con la concurrencia de Inglaterra y Estados Unidos. El laudo fue favorable a la República Argentina, aunque una parte importante de lo que hoy debiera ser la Puna de Jujuy quedó en manos de Chile.
Los protagonistas
Resulta trascendente recordar a los hombres que jugaron un rol determinante en la nueva distribución del espacio andino y su pertenencia soberana. En primer lugar el presidente Julio Argentino Roca quién convocó a los hombres más ilustrados de su tiempo, entre ellos un salteño de nota, el expresidente José Evaristo Uriburu.
Uriburu encabezó la comisión y lo acompañaron Bartolomé Mitre, Benjamín Victorica, Bernardo de Irigoyen y Juan José Romero.
Bartolomé Mitre (1821-1906), no necesita demasiada presentación, ya que fue un político, militar e historiador argentino que ocupó la presidencia de la Nación. Como militar peleó en Cepeda (1859), Pavón (1861) y comandó los ejércitos de la Triple Alianza. Como historiador le debemos, entre muchas otras obras, sus monumentales historias de Belgrano y San Martín. Fue además el fundador del diario La Nación.
Benjamín Victorica (1831-1913), militar y abogado argentino ocupó altos cargos. Era yerno de Urquiza. Participó en numerosas contiendas. Fue el jefe de la expedición al Gran Chaco. Se ocupó especialmente del río Bermejo, su navegación y la fundación de colonias en sus márgenes. Como ministro de Guerra de Luis Sáenz Peña fortaleció la costa atlántica patagónica y colocó faros estratégicos. Alcanzó el grado de general y fue un activo profesor universitario y académico.
Bernardo de Irigoyen (1822-1906) fue un político argentino que actuó con Rosas primero y más tarde con Urquiza. Ministro de Relaciones Exteriores durante la presidencia de Avellaneda. Fue senador y gobernador de Buenos Aires.
El doctor Juan José Romero (1841-1915) es recordado por su impecable gestión al frente de la provincia de Buenos Aires donde produjo una transformación que allanó el camino a Dardo Rocha. Luego fue ministro de hacienda de los presidentes Luis Sáenz Peña y José E. Uriburu. Estos hombres, Uriburu, Mitre, Victorica, Irigoyen y Romero, entre los más notables, fueron el equipo de Roca para solucionar el diferendo limítrofe con Chile por la Puna sin llegar a un conflicto bélico.
Un salteño notable
Quien llevaba la voz cantante era Uriburu que había ejercido la más alta magistratura. José Evaristo Uriburu (1831-1914), hijo dilecto de Salta y descendiente de guerreros de la independencia, ocupó altos cargos nacionales como presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, ministro de Justicia y juez federal. Luego asumiría la vicepresidencia y más tarde la presidencia de la Nación. Durante su gobierno se llevó a cabo el famoso Censo Nacional de 1895, donde preclaros pensadores (E. L. Holmberg, E. Bavio, F. Ameghino, J. Valentín, etcétera) escribieron sobre el estado de la flora, fauna, geología, paleontología, geografía, demografía y otros grandes temas. Llevó a cabo un gobierno progresista con la creación de numerosas instituciones dedicadas a las artes, las ciencias y las humanidades. Nombró en su gabinete a distinguidos colaboradores como Amancio Alcorta, Antonio Bermejo, Norberto Quirno Costa, Juan José Romero, Benjamín Zorrilla y Wenceslao Escalante, entre otros.
Uriburu fue además ministro plenipotenciario en Bolivia, Perú y Brasil. Se hizo acreedor de altas distinciones internacionales.
En el laudo arbitral por la Puna de Atacama participaron William I. Buchanan, enviado extraordinario y ministro plenipotenciario de los Estados Unidos de Norte América, Enrique Mac-Iver por parte de la República de Chile y José Evaristo Uriburu, por parte de la República Argentina.
William Insco Buchanan (1853-1909) fue un diplomático norteamericano que tuvo un papel central en el litigio de la Puna de Atacama entre Argentina, Chile y Bolivia entre 1894 y 1899. Luego fue designado ministro plenipotenciario de Estados Unidos en Panamá. Murió de un derrame cerebral en Londres a los 56 años de edad.
La intolerancia
Enrique S. Mac-Iver Rodríguez (1844-1922), fue un ilustre ciudadano chileno de ascendencia escocesa y española.
Su padre era un marino escocés y al morir su abuela paterna, protestante, el cura no dejó que fuera enterrada en el pueblo y estuvo insepulta varios días en la casa antes de que la embarcaran para inhumarla en Valparaíso.
Esto marcaría de por vida a Mac-Iver, entonces de 11 años de edad, que más tarde como abogado, político y hombre de estado luchó por el laicismo en todas sus formas. Además ingresó como masón iniciado en la Gran Logia de Chile pasando por los distintos grados hasta alcanzar en 1887 el de Gran Maestro de la Orden. Fue reelecto diputado por 42 años consecutivos entre 1876 y 1918, y ministro de Hacienda del gobierno de Jorge Montt Álvarez en 1892. Ejerció el periodismo político en numerosos medios de su país y escribió algunas obras de enjundia como “La Crisis Moral de la República” (1900).
Este era el calibre de los hombres que actuaron en el diferendo limítrofe y llevaron a cabo la discusión final de acuerdo con el acta firmada en Santiago de Chile por el ministro de Relaciones Exteriores de Chile y por el enviado Eextraordinario y ministro plenipotenciario de la República Argentina el 22 de setiembre de 1898.
Todo ello con la venia arbitral de Su Majestad Británica, a la sazón la reina Victoria (1819-1901) y el presidente de los Estados Unidos Stephen Grover Cleveland (1837-1908).
El acuerdo
Fue así como el 24 de marzo de 1899, a las diez de la mañana, se reunieron en Buenos Aires los miembros de la Comisión Demarcadora, Enrique Mac-Iver, José E. Uriburu y William I. Buchanan, en la casa de la Legación de los Estados Unidos de Norte América. Acompañaron como secretarios los señores M. A. Martínez Ferrari, Juan S. Gómez y Francois S. Jones.
Como era de preverse y para hacer una historia corta larga, el representante de Argentina, Uriburu, propuso el límite por la cadena de altos volcanes a los cuales el representante de Chile Mac-Iver se opuso. A continuación el representante de Chile propuso el límite por la actual cumbre de la Cordillera Oriental en el borde este de la Puna a lo cual Uriburu se opuso. En el ínterin Buchanan votó favorable a Chile en unos casos y a favor de Argentina en otros. Al final de la jornada se labraron las actas correspondientes y se firmó el mapa con el nuevo trazado de límites. Julio A. Roca crearía en enero de 1900 el Territorio Nacional de los Andes y enviaría al gobernador Daniel Cerri a hacerse cargo. Nacía así la Puna Argentina.