No existe la menor duda, hasta la aparición de algún nuevo producto como el grafeno que aún está muy lejos, el Litio será el elemento clave para el desarrollo de la nueva economía.
Hablo claro de la economía de las cosas y no de la financiera, que sigue sus propios caminos.
Se estima que más del 50% de las reservas de Litio del mondo se encuentran concentradas en forma de sales en el “Triángulo de Litio”, una amplia área que abarca el Salar de Uyuni en Bolivia, varios salares en la región de Atacama en chile y en la Puna Argentina; Catamarca, Jujuy y Salta.
El estado del arte de las baterías hoy nos muestra que hacen falta 1,4 K de litio por 1 kWh. Es decir que con un promedio de conjuntos de baterías de 55 kWh, estamos hablando de cerca de 77 K de litio por auto promedio. Mucho Litio.
Al día de hoy, como en tantas otras actividades, lo único que se plantea es la exportación de materia prima. Incluso la variedad de Litio exportada requiere una depuración posterior a la efectuada en Argentina.
Ya sabemos que en lugar de vender granos de soja es mejor vender aceite y mejor que este sería vender carne.
Bueno, mejor que la salmuera en bruto, es mejor el actual Carbonato de Litio, pero tal vez sea mejor aún exportar las baterías terminadas. Claramente esto requiere de inversión y trabajo de calidad.
Salta puede y debe tomar la delantera creando un Clúster del Litio en la provincia. Esto es la reunión de empresas productoras, depuradoras, fabricantes de baterías de diferente tipo en un espacio reducido como un “Parque Industrial orientado”, que incluya a los investigadores del CONICET y de alguna empresa mixta de desarrollo de productos derivados del Litio. La localización en Güemes instala al Clúster del Litio cerca de Palpalá, donde se encuentra el Centro de Investigaciones del Litio de la UNJu, creando la sinergia necesaria.
La proyección de esta industria no tiene hoy límites
La ciencia de una Nación que coloca satélites en el espacio, puede desarrollar su industria del “oro blanco”. Producir bienes terminados en lugar de “comodities”. Riqueza y trabajo bien remunerado para los norteños.