Expresión coloquial que denota culpabilidad no declarada. Es decir, yo sé que soy culpable de algo, nadie se ha dado cuenta aún, pero yo siento haber cometido una falta grave o liviana y percibo que, inevitablemente, me van a descubrir. La Cola de paja. Se siente en la garganta.

Cuando Ginés González García salió catapultado por meter la pata con su vacunatorio VIP, los gobernadores y ministros de cada provincia argentina comenzaron a ver la “paja en sus colas”.

 

No cuento con la información precisa, pero puedo apostar que la mayor parte de las provincias cayeron en la práctica instalada de que “los privilegios los tengo yo” (así dicen). Aunque claro, nadie los eligió, ni con el voto popular, ni con el dedo del gobernante, para que sean privilegiados.

 

Beneficios especiales, pasajes, nombramientos, combustible, vehículos u honorarios fuera de la nómina que no son informados, se habrían hecho costumbre; la condición de “privilegiados” se asume rápidamente. Y se muestra “silenciosamente, a hurtadillas”, con una sonrisa sorda y con orgullo. Ya no te atienden el teléfono, hacen esperar a la grey en amansadoras interminables. Y para todo esto no tienen cola de paja.

 

Así, el Gobierno de la Provincia de Salta inmunizó antes a sus filas políticas, que a sus filas sanitarias. Mintió anotando a los vacunados políticos como personal de salud. Habían metido los dedos hasta las muñecas.

 

Los generales lejos de las balas en los Puestos de Comando tenían “chalecos antibalas”, CHALECOS/VACUNAS QUE NO LES ENTREGABAN A LES ENFERMERES O LES MUCAMES EN EL FRENTE DE COMBATE DE LOS HOSPITALES.

 

Un cisne negro. De repente un Presidente, por algo MORAL, disculpen el neologismo, “tujea*” un ministro, supuestamente intocable, hasta la luna, ¿qué puede quedar para nosotros, simples tinterillos de provincia? Se dijeron en Salta.

 

De golpe, sin solución de continuidad, saltó que estaban haciendo algo mal y que podían ser castigados. Allí aparece la cola de paja.

 

Definen personal estratégico, aparecen las primeras listas, aparecen listas de familiares, se colocan las caretas de piedra, dicen que renuncian, dicen que no les aceptan las renuncias, dicen que son inocentes, los médicos los miran con recelo resignado, decretan con bombos y platillos la publicación de una lista. El personal estratégico no es tan estratégico, porque algunos se vacunan y otros no. ¿De qué estratégico me hablan? ¡Chantas!

 

Tarde, todo se hizo tarde y mal, porque lo hacen sin pensar nunca en el otro, siempre desde sus momentáneos privilegios. Lo que hicieron hirió fuertemente a la ignífuga clase política porque la mostro en su cara más vil frente a la vida y la muerte de nuestras familias. La mostró en su cara presente. Los del IFE antes no hacen más que confirmar actitudes de vileza. LOS MOSTRÓ.

 

Sin embargo, la cola de paja les va a durar solo minutos. Ya se justifican. Ya se olvidan. Ya lo tapan. Ya nos tapan.

 

*Expresión futbolera. Acto de meterle un patadón en el tuje a alguien