Años anteriores, y más cercanos el año de pandemia del 2020, el DIA del MAESTRO tuvo un condimento especial, hablamos y homenajeamos a un ser incorporado a nuestra familia, por considerarlo como el hacedor y formador como ciudadano a nuestros hijos.
Pero este año sufrimos, acompañado por la crisis sanitaria, a consecuencia de la Pandemia del COVID 19, una fuerte crisis educativa ante el paro, por casi 34 días, por parte de los docentes de la provincia, no solo golpeó fuertemente la regularidad de la escolaridad de la escuela pública, fundamentalmente, sino que emergió, a la superficie, una crisis educativa largamente ignorada.
Las protestas y las demandas, con esta metodología empleada no es nada nuevo… Es algo tan recurrente como esperado. Sin embargo el gobierno de la provincia no supo, no pudo o no quiso buscar algún atajo que permitiera llegar a un diálogo, aun cuando formalmente no era conveniente hacerlo. Porque era darle identidad a un movimiento que no está considerado dentro de las normativas o leyes con que se debe regir una sociedad organizada.
Nadie discute la legitimidad de los reclamos docentes. Y en ese sentido, la principal responsabilidad de garantizar la educación, no es otro que el mismo Estado. Y si bien a todas luces esta movida docente, es más bien una interna gremial que los autoconvocados visibilizaron con sus protestas fuera de las aulas, pero por no sentirse representados por sus entidades gremiales, esto está demostrando que, a pesar de haberse suspendido el paro de los docentes autoconvocados de la Plaza, el conflicto de fondo no está resuelto; ni mucho menos.
Tanto el gobierno como los gremios, deberían reflexionar y hacerse cargo de lo que le corresponde a cada cual. El gobierno por no haber llevado a cabo una verdadera política de Estado, en materia de educación. Hace años que se la viene reclamando, pero solo en momentos de las campañas electorales; y luego todo queda en el tintero, sin respuestas. Y los gremios, por no saber contener a sus afiliados, en sus demandas, que necesitan ser satisfechas a través del accionar de los dirigentes que fueron electos para representarlos.
Y a esto quiero agregar algo más al análisis, la gran mayoría de los docentes que sustentaron este paro de más de 30 días, son afiliados a una entidad gremial. De ahí que me pregunto, en qué están fallando los gremios docentes entonces. Para algunas cosas parece que se mantiene vigente y contiene a sus afiliados. En otras, como el salarial, parece que no.
Esta última protesta docente caló muy hondo en la sociedad salteña, por los tiempos y los métodos utilizados por los docentes para que sean escuchados por las autoridades educativas y el gobierno provincial, encabezada por el gobernador Gustavo Sáenz, los ignoró. Se mantuvo ausente de este problema, como si fuera de otro planeta. Y específicamente podemos decir la evidente y larga ausencia del titular del Ministerio de Educación, Matías Cánepa, porque con su silencio exasperante no solo no aportó a la resolución del conflicto, sino que no supo dar respuestas claras al pedido de miles de padres que pedían a gritos que sus hijos vuelvan a tener clases.
Las medidas de fuerzas de los docentes, destapó y viralizó esa “GRIETA”, que materializa la falta de equidad e inclusión de los alumnos más marginales de nuestra sociedad.
La educación está ante una necesidad de cambio, porque estamos viendo que no sabemos o no queremos ver los nuevos desafíos que nos trae el mundo. Por eso que en esa precariedad, no podemos comprender dónde estamos parados. Seguimos queriendo apostar hacia el futuro, pero con políticas y herramientas equivocadas. Y el primero en no darse cuenta de ella es el mismo Estado, que no tiene ni un proyecto, ni quiere volcar los recursos que se necesita para sus docentes, sus establecimientos educativos, para la capacitación del recurso humano, acorde a la nueva era de las nuevas tecnologías.
Pero este conflicto, a mi manera de ver, nos debería servir, no tanto para regodearnos en los fracasos que nos mostró esta situación, sino para revisar (y en esto le cabe la responsabilidad al Estado, los sindicatos y la comunidad educativa toda) el actual sistema de enseñanza, planteando nuevos procesos de enseñanza-aprendizaje. Convertir al alumno en un sujeto más activo, en su nuevo rol creativo a partir del conocimiento y formación digital.
Es que, se dice muchas veces, que los que enseñamos o aprendemos no nos sirve para nada. Lo escuchamos infinidad de veces, pero no hacemos nada para revertir esa realidad. Cómo enseñar, por ejemplo, contenidos básicos de la programación, para que tenga nuevas y mejores oportunidades en la industria del conocimiento. Pero esto sin perder de vista que una de las deudas que tenemos, en nuestro actual sistema educativo, es aprender a leer y a escribir; y una mayor comprensión de lo que se lee y se escucha. Vimos como muchos docentes no saben cómo expresar a los alumnos una consigna y estos mucho menos comprenderlas. Para eso deberíamos apelar a la lectura, una práctica que no es muy común en las escuelas.
Y ojo, que esto no es un mal de la escuela pública buena parte del sistema privado tiene los mismos males.
De una vez por todas, debemos dejar de pensar, como un dogma, que la escuela es un lugar donde contener a nuestros niños y adolescentes, dejando de lado o neutralizar la enseñanza en aras de salvarlos de los males y problemas de nuestra sociedad.
Pero para dar una respuesta adecuada a todo estos puntos que enumero en este espacio, es necesario aumentar y re direccionar los recursos para las escuelas y sus docentes. Además de incorporar, al sistema educativo integral, nuevas pedagogías.
Finalmente, hay que decir que para alcanzar estas metas, de que la educación sea una verdadera herramienta de transformación de nuestra realidad y proyectar nuestro futuro, es necesario un mayor compromiso programático y presupuestario del gobierno, con asignaciones específicas y determinadas para cada segmento de un proyecto educativo consensuado entre gobierno, sindicatos y comunidad educativa.
Y si para ellos, buscando una mayor participación de la sociedad, se tenga que llamar a un Congreso Provincial Pedagógico, pues sería una buena oportunidad para encarar un proyecto educativo, con miras a una provincia que potencie todos sus recursos para el bienestar de esta generación y las futuras, con el aporte y compromiso de los salteños.
El conflicto docente actual, no está aún resuelto, a pesar de que levantaron o suspendieron las medidas los autoconvocados. Pero sí, aún estamos a tiempo para comenzar a trabajar para mejorar la oferta ante la demanda.
A los docentes los tenemos que cuidar, pero ellos también lo deben hacer, aportando lo que tienen que aportar para salvar el futuro de nuestros niños y jóvenes. Pero es el gobierno el que debe dar muestras de austeridad en el manejo de los recursos, comenzando por casa, y no hacer como siempre, que los trabajadores sigan pagando la fiesta y el despilfarro de los privilegiados del poder.
Y volviendo al principio, el 11 de setiembre, en esta oportunidad, no va a ser lo mismo que años anteriores, sin embargo no puedo dejar de reconocer el valor que tuvo, tiene y tendrá un DOCENTE, en nuestra sociedad. Por eso debo decir que lo cortés no quita lo valiente, como dice el dicho, y a todos los docentes, en la tranquilidad de sus hogares les deseo un ¡FELIZ DIA DEL MAESTRO!!!