Dow Chemical es una de las grandes empresas químicas del mundo. Grande a nivel internacional. Cuando hace cosa de 4 meses anunció que en el proyecto de reorganización global que lleva adelante cerraría su planta de San Lorenzo, las alarmas se encendieron en el Gobierno Nacional.
En este caso no solo se trataba de una planta que emplea 120 trabajadores, sino que produce insumos básicos que a partir de ese momento íbamos a tener que importar, perdiendo dólares que no tenemos, por un lado, pero sobre todo generando dependencia en un insumo como el poliuretano que se utiliza en muchas industrias y no había reemplazo a la vista.
La Vicepresidenta advirtió del tema y pidió intervenir para evitar la partida.
Esta semana se nos informa que luego de conversaciones entre los gobiernos, nacional y provincial, y la empresa, se inició una mesa de negociación para mejorar las condiciones en las que opera la empresa.
¿Cuáles son los temas sobre los que se negociará? Logística e impuestos a la exportación. Dicho en otras palabras, se discute sobre los factores externos a la empresa que afectan su competitividad.
Si hilamos un poco más en detalle, vemos que San Lorenzo es un puerto, y dado que la operatoria exportadora se hace por barcos de banderas extranjeras, no se entiende en que puede el gobierno mejorar su logística. Salvo que hablemos del mercado interno. Quienes hablan de logística interna, desde hace años, décadas, hablan de la falta de trenes. Pero también hablan de camiones y hablar de camiones es hablar de Hugo Moyano.
Para Salta es parecido. Cuando hablamos de producción y, sobre todo, de productividad, todos los empresarios hablan de logística. Y nuevamente la logística, acá y en el mundo, enfrenta el desafío de integrar eficientemente el camión, el ferrocarril y el barco.
Una reflexión, los empresarios, DOW y otros, quieren trenes baratos para mover insumos y productos. Trenes baratos son trenes subvencionados, aquí, en Francia o los EEUU. Que después no nos cambien los objetivos invocando la libre competencia.
El otro aspecto que piensan trabajar en la mesa son las tasas de exportación, mejorando estos costos para facilitar la colocación de producción local en el mundo. Las necesidades argentinas de obtener dólares son acuciantes, después de las obligaciones de pago que les dejó Cambiemos a los argentinos, pero esta necesidad tiene que ajustarse para permitir que las empresas crezcan y vendan y que el Estado obtenga ingresos aumentando el volumen exportado y no exprimiendo el volumen actual.
La estrategia que se está montando en varias industrias es reducir las tasas de exportación a la sobre-exportación. Es decir que si la tasa fuera 15% para las 100 toneladas exportadas en 2021 (ejemplo falso), si pasa a exportar 109 toneladas en 2022, esas 9 toneladas suplementaria aportaría 5%, o 0%, no está definido nada, (otro ejemplo para entender nomás), con un esquema de evolución a futuro que permita regularizar todo con el tiempo. La Provincia de Santa Fe también participa con algún tipo de ayuda impositiva a conversar.
Lo interesante es que este beneficio es sobre el aumento de la producción, es decir que podría generar más puestos de trabajo.
En un artículo anterior conté cómo la recuperación del ferrocarril se estaba realizando rápidamente en la Provincia de Salta. La logística, que se trata de una ciencia antigua, debe ponerse al día e integrar camiones y trenes y a estos con aviones (¡si, también!).
Desde hace años que se viene promocionando, en campañas electorales y políticas, la construcción de un centro logístico en Güemes. Afortunadamente ahora el Gobierno nacional avanzó y ha previsto el financiamiento de la obra. Interrumpir este proyecto sería otro paso atrás. Hay que aprovechar un gobierno nacional que si ve en la industria el factor determinante para generar puestos de trabajo y riqueza.
En Santa Fe luchan por retener una fábrica, en Salta vamos a trabajar para radicar muchas.
A Salta solo le falta tener gobernantes que crean que nuestra provincia puede ser industrial y aplicar las políticas apropiadas.