Estimados lectores, nos han acompañado cada semana, con comentarios que fortalecen la idea de que tenemos un debate abierto en esta Salta querida, debate que nos tiene que sacar mejores, o al menos “NO peores”, si este concepto existe. Así llegamos al final de un año complicado. Y se abre un 2022 sobre el que tenemos volcadas grandes expectativas.
La primera reflexión es que cuidemos lo logrado, porque se puede estar peor. Del 2017 al 2020 se cayó en picada. 3 años por razones político económicas y el último por la pandemia.
2021 nos está sacando de ese pozo, pero ojo, se puede volver.
Al futuro lo podemos imaginar como aquello que suponemos que sucederá según la proyección del pasado; el ritmo de crecimiento o decrecimiento de las diferentes variables y como, si las cosas son más o menos como fueron hasta ahora, saldrá el resultado a fin del año.
Por otro lado, al futuro lo podemos imaginar….
Y luego construir los escenarios e influir en las variables que tendrían mayor impacto para llegar a este futuro imaginado. La construcción de escenarios requiere de una fuerte participación social y eso es algo a lo que los gobiernos salteños no están acostumbrados.
Encontrar esas líneas directrices, esas ideas fuerza que permitirían de una vez por todas salir de la pobreza generada por la falta de ideas para solucionarla, es EL desafío al que nos tenemos que meter a trabajar.
Cuando vemos que el Gobierno de Sáenz se lanzó sobre el final del año a anunciar un conjunto de proyectos que solo tienen forma por su título, yo aplaudo la intención de traer trabajo. Pero nadie puede justificar la construcción de una ruta que una Embarcación con Oran (30km), cuando ya existe una autopista entre Oran y Pichanal y solo se necesita completar 20 km de la RN 34 entre Pichanal y Embarcación. Solo un ejemplo de improvisaciones, como el puente de Vaqueros, que todos pedimos, pero ¿cómo y dónde se va a hacer?, nadie sabe. Y así vamos notando que cada anuncio cumple firmemente con la premisa de proponer algo sin coherencia conocida. El agua para las comunidades que se hace a cuenta ”gotas”. Solo marketing. Igual celebramos que se hayan volcado a atrapar los fondos nacionales disponibles.
El 2022 nos encontrará a todos reunidos para construir una imagen de futuro potente, que desde las bases populares y de la capacidad técnica, gremial, empresarial y política que existe en Salta, elabore los ejes de trabajo, las ideas fuerza necesarias para arrancar de la pobreza y del estancamiento económico a los Salteños.
Los invito a todas y todos a sumarse al desafío del 2022. Hoy más que hablar del pasado quiero que comencemos a construir el futuro.
FELIZ AÑO NUEVO