La ciudad de Salta está rodeada de maravillas naturales a pocas decenas de kilómetros de distancia. Lugares con un gran atractivo geológico, paisajístico y turístico como Yacones, La Caldera, Gallinato, Vaqueros, San Lorenzo, Río Blanco, Corralito, Quebrada del Toro. Entre ellos, es digno de ser destacado el hermoso valle de Potrero de Linares, al oeste de la ciudad de Salta detrás de las serranías de Lesser, San Lorenzo y El Encón, ya en el departamento de Rosario de Lerma.

Se trata de una fosa tectónica por donde corre el río Arenales y sus afluentes. Con algunos tributarios importantes como el río Usuri que corre de oeste a este, casi paralelo al río Toro, pero sin alcanzar ni de lejos su envergadura. El nombre de Usuri no está muy claro ya que para Atilio Cornejo está relacionado con el ave suri, mientras que para José V. Solá es algo relativo a flaco o enfermizo. Como quiera que sea es un río importante de montaña, con fuerte pendiente y una gran carga aluvional que aporta al Arenales un buen caudal de agua y de sedimentos. El agua es muy buena porque corre en rocas antiguas pizarrosas con muy baja salinidad.

 

Nuestros ríos cercanos

 

El río principal corre en sentido norte a sur y recibe los nombres de quebrada de la Cuesta Grande, río Potrero y más abajo de río Arenales.

 

El acceso desde la ciudad de Salta se realiza por la ruta nacional 51 hacia el sur y luego se toma al oeste por la ruta que se dirige a El Encón. Desde allí hacia el norte, en un recorrido de unos 20 kilómetros hasta la entrada a Puerta del Cielo en un lugar llamado Pie de la Cuesta. La fosa de Potrero de Linares está limitada por dos bloques tectónicos con rumbo meridiano (norte - sur), puestos en contacto por una gran falla inversa.

 

El río Cuesta Grande - Potrero de Linares - Arenales corre encajonado entre esos dos bloques de montañas y alcanza un régimen torrencial en verano que interrumpe los pasos que lo cruzan. Por su posición orográfica recibe abundantes precipitaciones lo que permite el desarrollo de una flora subtropical y buen dominio de las aves.

 

El caudal del río es muy importante en verano y disminuye en la época estival donde las aguas circulan por el subálveo. Son aguas dulces y potables que permiten su captación para uso humano. Originalmente el río Arenales salía al Valle de Lerma y formaba un ancho río, precisamente, el río Ancho.

 

En el siglo XVIII los españoles lo capturaron y desviaron a la altura del Encón y generaron un enorme problema en la hidrología regional. El viejo río Ancho quedó reducido a un mero arroyo que hoy forma parte del límite entre los departamentos Capital y Cerrillos.

 

Dicha captura generó efectos contraproducentes como cambios en el nivel de base, erosión retrocedente, desvíos de los cauces, erosión lateral, abarrancamientos, entre otros fenómenos que aún persisten y que pueden incrementarse si hay mala praxis en la extracción de los áridos.

 

Una fosa tectónica

 

El valle de Potrero de Linares es una fosa tectónica en compresión. Se está cerrando por el acortamiento andino. Como otros valles de la Cordillera Oriental, esto es de la provincia geológica y morfotectónica en la que está situado. Con el Valle de Lerma al oriente y el Valle Calchaquí a occidente. Su geología es muy simple con rocas viejas en sus laterales y rocas más jóvenes en su interior.

 

Las rocas viejas pertenecen al Precámbrico, Cámbrico y Ordovícico, mientras que las rocas jóvenes son de los períodos Cretácico y Terciario.

 

El Cuaternario está representado por distintos niveles de terrazas de materiales fluviales tanto de ríos como de antiguos volcanes de barro. Una de las particularidades es la presencia de grandes bloques que fueron arrastrados en el pasado por corrientes densas de barro ("mud flows"). Hoy esos bloques yacen en las terrazas laterales del valle o en el propio cauce del río. Los hay desde una a varias decenas de toneladas, con tamaños que van desde un metro cúbico al de un automóvil. La mayoría de los grandes bloques son de cuarcitas cámbricas del Grupo Mesón. Se midieron algunos bloques cerca de la entrada a Pie de la Cuesta con un peso de 40 toneladas.

 

Historia geológica

 

Los rodados y bloques en el río y sus cauces laterales dan cuenta de los tipos de rocas y afloramientos de los que provienen. Así se encuentran pizarras precámbricas de la Formación Puncoviscana, cuarcitas cámbricas del Grupo Mesón, coquinas de braquiópodos fósiles y conglomerados marinos glaciarios del Ordovícico, calizas cretácicas de la Formación Yacoraite y capas rojas pertenecientes al Paleógeno (Subgrupo Santa Bárbara) y al Neógeno (Grupo Orán).

 

La vieja geología fue relevada por el Dr. César Reinaldo Vilela en la Hoja Geológica 7 D, Rosario de Lerma, a escala 1:200.000 y publicada en 1956. Actualmente puede consultarse en la Hoja Geológica Salta a escala 1:250.000, realizada bajo la dirección del Dr. Raúl Seggiaro y colaboradores, disponible en internet en el repositorio del Segemar (Hoja 2566-II, con memoria y mapa geológico).

 

Las calizas cretácicas aparecen en afloramientos saltuarios, en forma de retazos aislados. Están apretujadas y rotas en medio de los bloques de basamento. Contienen restos fósiles de gasterópodos (turritelas), estromatolitos y un planchón casi vertical con huellas de dinosaurios herbívoros y carnívoros. Las huellas no están muy nítidas porque fueron impresas en un barro calcáreo que estaba muy húmedo al momento que los animales transitaron por allí. Se nota eso sí la deformación del fango calcáreo, especialmente en los talones, generado por el peso y la presión de las patas de los dinosaurios. Por la edad de las rocas, pertenecen a los últimos dinosaurios que vivieron en tiempos previos y cercanos a la gran extinción de fines del Cretácico superior.

 

Huellas de dinosaurios se han encontrado en muchos otros puntos de la geografía del norte argentino como Tilcara, Maimará, Juella, Baños Termales de El Sauce, Quebrada del Acheral en Guachipas, Valle del Tonco (minas de uranio de Los Berthos y Don Otto), Cañón del Juramento, Quebrada del Toro, etcétera.

 

Las del valle de Potrero de Linares suman una localidad más a estos hallazgos paleontológicos cretácicos en el norte argentino. Dicho sea de paso, este nuevo hallazgo aún no estudiado científicamente, fue efectuado durante un reconocimiento geológico de campaña por tesistas de la Cátedra de Mineralogía de la UNSa.

 

Un paraíso

 

La presencia de asomos de capas rojas del período Terciario aporta a la policromía y belleza del paisaje. El valle de Potrero de Linares se caracteriza por una intensa dinámica fluvial. Especialmente en la estación del verano cuando sortear sus ríos se vuelve difícil por no decir imposible y aún peligroso. Los arroyos laterales bajan con aguas dulces y cristalinas. La abundancia de rocas sueltas hace que las aguas generen la clásica música cantarina de los torrentes. Esa música del agua que es más relajante que cualquier otra terapia. Tal vez por ello resulta un lugar de visita para los clásicos picnics dominicales. Incluso fue elegido como espacio de relajamiento para personas afectadas por diversas patologías mentales y existe allí un establecimiento a tal efecto.

 

A ese relajamiento colabora la frescura, limpieza y transparencia del aire cargado de oxígeno, el verdor intenso de una vegetación rica en especies arbustivas y arbóreas, la variedad, colorido y canto de los pájaros, las aguas cristalinas, la diversidad de sus formaciones rocosas de distintos períodos geológicos, por mencionar algunos elementos valiosos.

 

El camino que sube aguas arriba del valle de Potrero de Linares corre por la falda oeste de la montaña sorteando distintos niveles de terrazas del antiguo río. Numerosas vertientes manan de esos niveles aterrazados, generalmente a la sombra, y con abundantes helechos. El camino es de tipo consolidado y está interrumpido por numerosos cruces de arroyos. En la época de invierno puede cruzarse hacia el este y bajar por San Lorenzo. O viceversa.

 

En su tramo superior se divide en dos afluentes mayores que son la quebrada de Cuesta Grande al este y el río La Calderilla al oeste. La pendiente es bastante fuerte y la carga de rodados hace que sea muy difícil de continuar aguas arriba en vehículos normales. Téngase presente que estos torrentes de montaña tienen cordones tectónicos laterales con alturas entre 3.500 y 4.000 metros. Los ríos bajan en pocos kilómetros desde esas alturas hasta los 1.600 m en que se encuentra el piso del valle a la latitud de Potrero de Linares. O sea que hay desniveles de hasta 2 kilómetros.

 

Como se aprecia, el valle de Potrero de Linares se encuentra unos 400 metros más alto que el Valle de Lerma. Forma parte de uno de los escalonamientos tectónicos del edificio andino que decrece desde el borde de la Puna hasta la llanura chaqueña.