Días movidos se están viviendo en esta muy noble y muy leal ciudad  de Salta, donde parece que algunos no ganan para sustos. En los movimientos están involucrados una renunciante funcionaria, su padre y actual diputado y una ex diputada.

Como una pequeña síntesis podemos adelantar que la escandalosa salida de Sabrina Sansone de la Secretaria de Cultura, aun no acalla los ecos. A la situación hay que sumarle los audios subidos de tono que se propinaron el diputado provincial y padre de la renunciante funcionaria Daniel Sansone con la ex diputada y propietaria de una filosa lengua: Liliana Mazzone.

 Como si fuera poco, el diputado del departamento La Candelaria Francisco  Rodríguez fue imputado por defraudación y peculado por el fiscal penal Nicolás Rodríguez López, tras una investigación que se inició a partir de la denuncia de una mujer que advirtió que se realizaban movimientos con importantes sumas de dinero a su nombre, y que ella desconocía. La causa que afronta el legislador es  por la posible comisión de los delitos de defraudación en perjuicio de la denunciante y peculado en perjuicio de la Administración Pública.

 Otro que fue imputado, en este caso por violencia de género, es el fiscal federal Francisco Snopek, de origen jujeño y portador de un apellido ilustre en la vecina provincia. El joven fiscal no solo está acusado de actos violentos, sino que tres policías lo denunciaron, entre otras causas, por privación ilegítima de la libertad.

 Cuando teníamos menos años, estábamos convencidos que estos funcionarios eran incapaces de cometer estos deslices, pero hoy gracias a los avances tecnológicos pareciera a que todo es posible. En miembros de la Legislatura, quizás, pero un fiscal de la Justicia Federal jamás.

 

No cabe dudas que los Sansone, padre e hija, se llevan las palmas en esto de ventilar sus diferencias en forma pública. Sabrina cosechó muchas críticas durante su gestión, y hasta el momento no se escuchó a nadie que trate de valorar su labor en el área cultural.

Cuando Mazzone, cuestionó las pocas aptitudes de la renunciante, su padre le saltó a la yugular y le dedicó palabras no aptas para decirlas en el horario de protección al menor. No solo eso, entre ambos se encargaron de manchar aún más la gestión política y rozaron algunas intimidades, vinculándolas con los conocidos “ñoquis”.

 A parecer nadie ganó, solo aquellos que se regocijan con los males de otros y en especial si entran en la categoría de chismes o puteríos, como se prefiera.

 

 

 

 

 

 

El acusado la habría hecho firmar documentación a la damnificada, argumentando que era para una beca. Luego la mujer descubrió que en la cuenta bancaria por donde debía percibir el beneficio, se realizaban movimientos con importantes sumas de dinero a su nombre, y que ella desconocía.

Asimismo se tiene en cuenta que el acusado se desempeña como funcionario público y que sustrajo de la esfera de custodia el dinero correspondiente a la damnificada incorporándolo a su patrimonio mediante transferencias bancarias. El diputado provincial estuvo acompañado de un defensor particular, pero se negó a declarar.