La reciente condena contra el productor de modas, Pablo Rangeón, acusado por abuso sexual contra algunas de sus modelos dejó sabor a poco para muchos de los que estaban involucrados en el juicio. La sentencia dictaminó 7 años de prisión para el acusado, pero solo se le comprobó una de las siete denuncias en su contra, formuladas por igual número de denunciantes.
En la sala de grandes juicios los asistentes tomaron la decisión del tribunal de diferentes maneras, ya que para algunos se comportó de forma magnánima con el productor. Algunos abogados de la querella anticiparon que apelarán la sentencia por entender que se quedaron cortos.
Sin embargo, durante las audiencias previas a la sentencia, se dejó transcender que se estaría frente a un caso de trata de personas, en que estarían involucrados personajes de la sociedad salteña como políticos y funcionarios. En la sentencia solo se hace referencia a la posibilidad que existe algún delito federal para lo que se traslade la causa al fuero nacional.
Los jueces hicieron lugar a la demanda civil presentada por la denunciante C. F. R. y condenaron a Pablo Rangeón a abonarle la suma de 1.5 millones de pesos en concepto de daño moral y psicológico, más los intereses correspondientes. Atento a la absolución por el beneficio de la duda en relación a los otros ilícitos, los jueces rechazaron las demandas civiles interpuestas por las otras denunciantes.
También se ordenó remitir copias a la fiscalía penal federal de turno por la posible comisión de un delito de su competencia. Se dejó además a criterio de la fiscalía interviniente la intervención por la posible comisión del delito de falso testimonio de una de las testigos que compareció en el juicio.
Tanto en reportajes como ante el tribunal el ahora condenado dio a entender que trabajaba en cercanía con varios políticos en tiempos de campaña electoral, pero siempre negó que estuviera involucrado en el supuesto delito de trata de persona. Ninguna de las denunciantes profundizó en esta cuestión, que puso nervioso a más de un representante político, e incluso a mujeres que transitan por cargos legislativos y ejecutivos.
Sin embargo, la sangre no llegó al rio y ni defensores, ni querellantes ni el propio acusado tocaron el tema en los estrados judiciales. Por eso decimos que muchos quedaron con sabor a poco con la condena, ya que el tribunal solo reconoció uno de los casos de abuso sexual y absolvió a Rangeón de los restantes.
En definitiva, es un caso que llamó la atención a la clase política, ya que el condenado tiene lazos familiares con colaboradores de uno de los partidos políticos más importantes de la provincia y por esa razón conoce a varios conspicuos dirigentes.
Muchos de ellos reconocieron los contactos con el condenado y su grupo de modelos, pero negaron alguna suerte de servicio de acompañantes.
El tiempo dirá si la causa quedó cerrada o existe alguna ventana donde pueda continuar para probar los nervios de los más cercanos