Muchos de los que leemos lo que sucede en nuestro país, como ustedes, atentos a las diferentes columnas del Visor Gremial, entendemos que lo que sucede no es fruto de la interacción libre de fuerzas del mercado, o por lo menos se trata de un mercado condicionado por actores de relevancia.

 

Si fueran solo actores esporádicos, ¿cómo explicamos las pérdidas económicas que sufrieron los que compraron dólares a $350 para luego enterarse que bajaron a $300? ¿Cómo explicamos este sube y baja?

 

Cuando Naomi Klein escribió la Doctrina del Shock, se tomó el trabajo de describir con lujo de detalles, tomando ejemplos de todo el mundo, cómo se organizaban las fuerzas económicas especulativas para crear escenarios de crisis que “habilitaran” socialmente intervenciones muy fuertes. Así tenemos la huelga de camioneros de Chile en 1973 que justificó un golpe de estado sanguinario como el de Pinochet y Klein se ocupa de describir situaciones análogas en todo el mundo. ¿Cómo terminaron? Entregando buena parte de los recursos naturales, las empresas de servicios monopólicas y las empresas estatales a grupos privados internacionales.

 

Los actores son los mismos.

Cuando el FMI le niega a De La Rua el Stand By de 2500 millones de dólares estalló el Shock y murió gente. El otro día, en medio de una escalada especulativa monumental, el BID le niega a Silvina Batakis un crédito, ya aprobado, de 500 millones de dólares, aumentando la inestabilidad.

 

No podemos afirmar si fue por ello, pero Silvina no es más Ministra de Economía. Y ahora lo será Massa. Y ahora dicen que sí a los 500 millones. (Aquí poner Emoji con carita de sorpresa)

 

Cuando el FMI le prestó IRREGULARMENTE los 57.000 millones a Mauricio Macri, no lo hizo de ignorante, es la forma que tienen de enlazar con soga de horca a los gobiernos de turno, argentinos, griegos o polacos y tenerlos con las riendas bien cortitas.

 

Hoy la Argentina tiene la dificultad de no poder acceder al mercado de capitales, lo mismo que le sucedió a Néstor Kirchner al inicio de su gestión y a CFK al terminar su Gobierno. En todos estos casos el origen no fue el déficit fiscal aludido, que, por supuesto no ayudaba un corno, sino la secuencia de empréstitos que comprometieron todos los flujos de dólares.

 

Pero, además, no se entiende que un país que puede acumular divisas a partir del Saldo Comercial no lo haga cuando esta variable es el meollo de su inestabilidad.

 

Este artículo saldrá al mismo tiempo que hablará Sergio Massa asumiendo en lugar de Batakis y anunciando medidas para esta etapa de gobierno. El futuro de los argentinos dependerá del éxito de estas medidas.

 

Yo deseo tres acciones: la primera aumentar el ingreso de los trabajadores, la segunda es sentarse sobre los saldos en el Banco Central y acumular reservas durante 3 meses, para empezar, con ese plazo se acumulan las suficientes como para poder maniobrar y tercera, salir a cazar a los evasores y contrabandistas que son muchos. Tomar el control del Paraná podría ser una buena señal. (Tengo una colección de medidas suplementarias y concomitantes, pero se nos acaba el espacio) ¿Será?