Existe un mito urbano salteño que dice que ser K, kirchnerista, no “paga” en la política salteña.

Fruto de este mito, entonces, los partidos se disfrazan un poco y no hablan de grieta, sus candidatos no aparecen en fotos que los pueda “comprometer” ante su “público/electorado”.

 

Pero el pueblo tiene buenos recuerdos del período 2003-2015. Fue el período en que construyeron sus casas, cambiaron sus bicicletas por motos y sus motos por autitos. Construyeron algunas piezas y hasta ahorraron.

 

Claro que no todas fueron flores, fallas propias impidieron entender el proceso virtuoso que se estaba desarrollando. El propio Néstor decía: “nos dicen kirchneristas para bajarnos el precio, nosotros somos peronistas”. Esas políticas son peronistas.

 

Políticas de inclusión. Políticas que llevaron a tener el mejor salario EN DÓLARES de Sudamérica.

 

Luego vinieron los 4 años donde al pueblo le fue muy mal. Entonces uno iba por los barrios de Salta y te detenían para preguntar como hacían para pagar el aumento de la boleta de luz. Yo siempre les preguntaba a quién habían votado y en esos barrios, como Villa Floresta, en una casa de bloques apilados, te contestaban que al “gato”, casi con vergüenza. El contraste era muy grande. Esa población tiene muy presente la huella del kirchnerismo/peronismo.

 

Entonces ¿a qué viene este mito urbano salteño?

 

Atribuirse una respuesta sólida, una sola, sería muy atrevido. Pero yo creo que, si bien es cierto que los medios hacen su parte en generar malestar, lo más importante es que los propios políticos no se atreven a hablar de Cristina o del kirchenrismo con soltura. O tal vez sea que los políticos no comulguen con ese peronismo duro. Un peronismo con principios.

 

Veamos un poco. JC Romero lo enfrentó en la elección de 2003, con CS Menem y lo soportó a duras penas hasta 2007.

 

JM Urtubey fue K hasta que la onda cambiaba de sentido y después de haberse abrazado a Néstor, a CFK y a Sciolli, el 10 de diciembre del 2015 se dio vuelta y tal vez haya dejado de disimular lo que tanto le molestaba. Hoy sigue enfrentado al kirchnerismo en su campaña presidencial.

 

GR Sáenz accedió a la gobernación de la mano de Mauricio Macri. Nada más lejos del mundo K.

 

Pero entonces el mito urbano no es solo un mito, tal vez sea cierto si siempre gana la oligarquía disfrazada de político. Bueno, no. El pueblo sigue siendo peronista y a pesar de la campaña en contra, entiende que lo otro, léase TODO lo otro, siempre lo va a perjudicar mucho más.

 

Lo entiende, lo sabe y lo experimenta, como el señor de la boleta de luz o el que cambió la bici por una moto, pero en Salta al menos, nadie se pone los pantalones o las polleras k y milita esa corriente del peronismo, como tampoco nadie milita al peronismo en serio.

 

Por eso creo que llegó el momento de sacar a Perón, Evita, Néstor y Cristina, a Scalabrini, Jauretche, Cook, a los Generales Savio y Mosconi y tantos otros y entrar a discutir el futuro de Salta y de las salteñas y los salteños en serio. Porque el futuro se ve muy sombrío de la mano de personajes que se esconden detrás de campañas políticas confusas, con el único objetivo de pelear por “la Caja”. Y siempre, pero siempre, lo que ellos sacan de la caja se lo quitan a la educación de tus hijos, la salud de tu familia y al trabajo de tu comunidad.

 

Saquemos al peronismo a recorrer nuestros barrios, nuestras Comunidades a ser Organizadas y después vayamos a las elecciones con absoluta confianza.

 

Necesitamos otra Salta una ¡SALTA PARA VIVIR BIEN!