Los principales manuales de política enseñan que una confrontación nunca puede ser permanente dado que lleva a un desgaste de ambas partes. Esto es lo que está sucediendo con el largo conflicto docente en la provincia que con seguridad dejará heridos en ambos bandos.

 

El gobierno comenzó ninguneando el poder de convocatoria de los autoconvocados, cuando varios de sus principales funcionarios aseguraban que se trataba de “10 ó 15 loquitos”. Las marchas de los últimos días han demostrado cuan equivocados estaban quienes pronosticaban un rápido desenlace en las negociaciones salariales.

 

También hay que sumar como impericia del gobierno el tratamiento de la ley antiprotesta en la Legislatura, donde en la Cámara de Diputados no hubo nada que se pareciera a un debate. Si bien, el proyecto fue aprobado en el Senado, ante la resistencia pública a la ley, muchos senadores se mostraron renuentes y el proyecto oficial solo consiguió once votos, necesarios para aprobarlo.

 

En estos momentos, la iniciativa sancionada aún sigue en el Ejecutivo a la espera de ser promulgada, con consultas a diferentes organizaciones gremiales, entre ellas a la CGT, que se mostró en desacuerdo con la iniciativa. Al parecer el gobierno se tomará un tiempo para promulgarla y hay quienes especulan que intentará vetar el texto aprobado por la Legislatura, con el objetivo de morigerar su postura frente a los manifestantes docentes.

 

Sin embargo, no todo es culpa del gobierno, ya que en la actualidad el universo gremial docente es muy disperso y al parecer son pocos los docentes que se sienten representados por algunas de las siglas que se sentaron a negociar en el Grand Bourg.  Las bases, o sea los autoconvocados, rechazaron de plano el porcentaje acordado y ahí mismo, decidieron continuar con la medida de fuerza.

 

Incluso hay docentes poco comprometidos con los gremios o los disidentes, que en realidad no saben en qué bando instalarse, pero sienten que han sido humillados por el gobierno. En los últimos días, los autoconvocados estuvieron reunidos con el secretario de Gobierno, Rodrigo Monzo, un funcionario de tercera línea sin poder de decisión.

 

A partir de la resolución del conflicto que en algún momento llegará, seguramente se registrarán cambios, tanto en la estructura de gobierno como en relación de los gremios con las bases docentes. Tendremos que estar hablando de cambios de gabinete y de desafiliaciones masivas en los gremios docentes tradicionales de la provincia.

 

“La confrontación no puede ser permanente”, sabia decir Mao Tsé Tung, el líder de la revolución cultural china, que sacó a su país de la miseria y hoy es una de las principales potencias del mundo. Nuestros funcionarios y los dirigentes tanto formales como informales de los docentes estarán a la altura de las circunstancias y podrán avanzar en un acuerdo que satisfaga a todas las partes, incluidos los niños, los grandes perjudicados de este caso.