El otro día escuchaba un constitucionalista, que claramente NO era justicialista, explicar la situación jurídica de la decisión administrativa de quitarle la jubilación y la pensión a CFK.

El otro día escuchaba un constitucionalista, que claramente NO era justicialista, explicar la situación jurídica de la decisión administrativa de quitarle la jubilación y la pensión a CFK.

En un momento el periodista le pregunta si esto era posible, a lo que respondió: “Este gobierno avanza creando sus propias leyes, su propio sistema jurídico”

 

¿Qué opinan ustedes de este concepto?

 

Me gustaría oírlos, leerlos, pensando, compartiendo.

 

Claramente la tergiversación del sistema jurídico, mediante la construcción de un sistema paralelo no es nuevo.

 

Mientras los gobiernos populares han respetado el orden de prelación de las normas, las derechas se han encargado de romper esta estructura.

 

Decretos derogando leyes, DNU modificando la Constitución Nacional y actos administrativos simples cambiando regímenes normados por el Congreso fueron y son prácticas cotidianas del Macrismo, de Milei y de los regímenes militares de antaño.

 

Cada una de estas decisiones se apoyaron en cierta impunidad que los poderosos saben que tienen.

 

El Martín Fierro lo explicó oportunamente, Jauretche nunca se cansó de advertir sobre lo mismo y el pueblo sabe que un ladrón de gallinas corre más riesgos que un narcotraficante o que el ladrón de Caputo. El Cuchi Leguizamón dedicó una chacarera al tema.

 

La República reposa en el Sistema Judicial, gran “balanza del equilibrio”, pero la Corte Suprema de la Nación, plagada de manejos turbios de sus propios fondos, de pecados de origen previos a sus nombramientos, a aceptar ser nombrados por Decretos, es decir Inconstitucionalmente para velar por la Constitución Nacional.

 

Como todos sabemos, el pescado comienza a pudrirse por la cabeza.

 

Entonces, cuando un grupo de gobernantes, de poderosos, de corruptos, le encuentran el camino a la impunidad, no existe ninguna barrera y, por el contrario, como esas huellas de la montaña, a cada vaca que la recorre, se hace más profunda, mejor marcada. Al final son el camino obligatorio.

 

La verdadera causa de la decadencia argentina radica en la corrupción sistémica del Poder Judicial. Corrupción de origen que comienza con la perpetuidad de sus cargos y de la discrecionalidad de sus nombramientos, apenas maquillados por sistemas amañados mediante Consejos de la Magistratura poco autónomos de los Poderes Ejecutivos nacionales y provinciales. ¿Para qué tener normas si estas no se van a cumplir?

 

Pues para cobrar por incumplirlas.

Estas son cosas del pueblo

De los que no tienen nada

Esos que amasan millones

Tienen la Casa Rosada.

Chacarera del Expediente; Gustavo “Cuchi” Leguizamón

 

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