Las organizaciones gremiales, se enfrentan a nuevos desafíos que se están dando a partir de las políticas que está instrumentando el gobierno libertario de Javier Milei.

 

Y son conscientes que están transitando, tanto en el país como en nuestra provincia, por una etapa de gran trascendencia histórica. Y también saben que según sepan discernir y actuar en consecuencia, estarán sentando las bases de un nuevo sindicalismo orientado a trascender los límites de actor socio-económico para convertirse también en actor político, sin perder de vista que su esencia, que es la defensa de los derechos de los trabajadores y la consolidación y fortaleza de los mismos conseguidos con tantos años de lucha; siempre en beneficio del bienestar inclusivo y solidario del pueblo argentino-

 

Obviamente que ello implica asumir, todos y cada uno de los dirigentes, la gran responsabilidad de participar, activamente, de un proyecto nacional y popular, definiendo los objetivos y las acciones a ejecutar para una provincia y un país que crezca solidaria y equitativamente, con igualdad de oportunidades y posibilidades y con justicia social

 

El cambio de paradigma en la política nacional, encabezada por Javier Milei, sin dudas que obliga a pensar y transitar un nuevo camino de acciones y propuestas que reivindique el rol de las organizaciones gremiales y la defensa de las instituciones de la república y la constitución nacional.  Y no hay otra manera de hacerlo sino a través de un cambio sustancial en las relaciones de los dirigentes de las organizaciones gremiales y sus trabajadores, en un contexto realista, no sólo de las necesidades sino también de las potencialidades a desarrollar de nuestra comunidad provincial y nacional.

 

Pero eso se hace ganando, desde la conducción de cada institución gremial, la confianza de todos sus afiliados. Porque no es arrogándose la representatividad del conjunto de los trabajadores que se va a producir el cambio  que los nuevos desafíos y los nuevos tiempos de la actual política, nacional y provincial, sino mostrando un mayor compromiso con los trabajadores, creando mayores y nuevos espacios de participación para ir generando la discusión de programas o  producir proyectos y acciones que, adaptados a los diversos marcos organizativos de cada uno de los gremios, sea una propuesta que lleve a mejorar la calidad de vida de la gran familia de los trabajadores  y  de la comunidad donde viven.

 

Además, que esos espacios de participación y discusión sirvan para promocionar a nuevos dirigentes que sean parte de la necesaria oxigenación que necesitan nuestros sindicatos para hacer efectiva el natural trasvasamiento generacional, con un aire de frescura y renovación en las conducciones de las organizaciones gremiales.

 

Privilegiar la Unidad:

 

Y este este espacio de participación, discusión y trabajo conjunto entre distintos sectores del Movimiento Obrero Organizado, debe ser un primer paso en dirección al logro de la unidad de acción, tanto en el ámbito de la negociación económica como en el ámbito de la inserción política.

 

Claro que esto requiere de un profundo debate orientado al perfeccionamiento de la participación y la democracia sindical, en el contexto de la redefinición de encuadramientos que tengan en cuenta la importancia de los cambios tecnológicos de la consecuente transformación de los sectores productivos.

 

En momentos en que parecen consolidarse las políticas de flexibilización laboral, la quita de derechos y el desguace del patrimonio nacional, se torna imperativo la unidad del movimiento obrero organizado, con el objetivo de, no solo en dar batalla en defensa de esos intereses que nos son propios, sino también dar el debate en todos los estamentos y los niveles de decisión de las políticas de desarrollo y crecimiento del país.

Para ello necesitamos tener en cuenta algunas cuestiones como:

 

Promoción de Nuevos Dirigentes

 

Esto no significa un simple recambio de figuras a nivel dirigencial, sino también en la incorporación de dirigentes jóvenes capacitados en el arte de la conducción, los cuales sean percibidos sin una carga de valor negativa por la comunidad en general, y por los propios trabajadores en particular.

 

Innovar en los métodos de lucha.

 

El desgaste interno y el impacto comunitario derivado de los métodos de lucha, requieren de la capacidad de innovación en esos métodos por parte de la conducción sindical.

 

Esto no quiere decir renunciar a la utilización de los instrumentos legítimos con los que cuentan los trabajadores en su defensa, sino buscar alternativas interesantes ampliando la diversidad de opciones en la acción reivindicativa, orientándola fundamentalmente en la difusión y esclarecimiento de las cuestiones laborales en ámbitos de acciones de asistencia pública masiva.

 

   Presencia activa en los Medios de Comunicación.

 

Hoy día, los medios de comunicación masiva (Radio, TV, Gráfico y redes sociales) son un soporte más que importantes para llevar adelante, y con mayor efectividad, la difusión de las problemáticas de los trabajadores y sus resoluciones, así como también distintos métodos de lucha. Y esto debería ser con una presencia constante y activa en los medios, apuntando, como objetivo, a la transformación del actual pensamiento hegemónico y consecuente refuerzo de los lazos con la comunidad.

 

El Movimiento obrero organizado, por ejemplo en Salta, no cuenta, actualmente, con espacios importantes en los principales medios de comunicación, recursos que sí utilizan políticos y empresarios.

 

Hay que tener en cuenta que el movimiento sindical enfrenta hoy dificultades antes desconocidas, entre ellas una rápida y profunda transformación de la base social de las organizaciones gremiales.

 

Y este proceso de reconversión industrial, con la incorporación de nuevas tecnologías que plantean problemas diferentes de acción social, debe estar acompañada de políticas y acciones que permitan reciclar la fuerza del trabajo, y saber cómo operar en organizaciones cada vez más complejas, para lograr efectividad en la acción gremial.

 

Hoy, más que nunca, se plantea la necesidad de implementar acuerdos y convenios entre las organizaciones gremiales y las instituciones privadas laborales y estatales. De ahí que es importante, la capacitación laboral. Pero también es importante amortiguar y resolver los enfrentamientos intersindicales y las dificultades para resolver los conflictos que, muchas veces, se producen por falta de consensos dentro de sus propias organizaciones.

 

Asumir el Rol de Actor Político Decisivo, del Movimiento Obrero, debe privilegiar la UNIDAD y reforzar la promoción de nuevos dirigentes, innovación en los métodos de lucha y tener la presencia activa en los medios de comunicación.

 

Sólo recomponiéndose el sindicalismo como actor socio-político, podrá optimizar las dos dimensiones de la actividad política: la identificación colectiva tanto con sus propios miembros como en el resto de la comunidad, y la actividad eficiente en el tratamiento de las cuestiones que en la coyuntura asuma como propias el Movimiento Obrero Organizado.