Es fácil hacer caridad o política con la guita de otro.
Hoy, en el país, estamos viviendo tiempos muy difíciles. No solo difíciles en lo económico, sino sobre todo en lo político.
El gobierno de Cambiemos, encabezado por Mauricio “Milonguita” Macri, sufrió una dura derrota en las PASO del 11 de agosto pasado, en manos de su principal opositor, el FRENTE DE TODOS, que encabeza Alberto Fernández, acompañado por la CRIS.
Este gobierno de “Milonguita” potenció la idea de LA GRIETA, diciendo que el pasado de caos y corrupción, en la figura de la CRIS, y él que, según lo decía permanentemente, era el verdadero cambio de desarrollo y crecimiento del país, con la honestidad y la transparencia y el respeto por todas las instituciones de la República.
Por lo que está pasando ahora en la Argentina, donde hay un verdadero vacío de poder, el mismo gobierno quiere echarles la culpa a los candidatos del Frente de Todos. Pero en vez de seguir encerrado en su propia ceguera, debería abrir los ojos a la realidad (y que el pueblo en las PASOS se la marcó), y con madurez política tomar medidas que encauce la economía hacia el rumbo que el mismo pueblo le está dictando.
Pero en cambio, sigue apostando a que la gran mayoría del pueblo argentino entienda que él es EL ILUMINADO, que vino a sacar al país del caos y la miseria en que dejo el gobierno anterior.
Y como estrategia, no solo tomó medidas que él aborrecía y rechazaba por ser populistas y contrarios al pensamiento del mercado que, según él, debe regir sin importar los daños que pueda causar a los ciudadanos argentinos, en especial a los niños y a los ancianos.
Y aplicó medidas que, si realmente hubiese mirado el sufrimiento del pueblo, ya las hubiese tomado antes.
Y sin importar las consecuencias de esas medidas tomadas, y con un signo puramente electoralista buscando revertir los resultados de las Paso, echó manos a la reducción del IVA, a ciertos productos de la canasta familiar que, a la mayoría de los argentinos necesitados, no les llega dicho beneficio. Al menos en forma tangible y contundente.
El hambre, sigue creciendo, el desempleo es cada día mayor, junto con las miles de Pymes que cierran a diario en todo el país. El dólar es imparable, y la inflación cada día más alta.
Te guste o no, al principio el programa económico del gobierno tenía un objetivo (vaciamiento del país y enajenar las riquezas y soberanía como nación).
Pero ahora, buscando seguir con su sueño reeleccionista, echo manos a recursos que incluso no le son propios de la Nación sino de las provincias que, con ello, van a sufrir el despojos de sus legítimos recursos coparticipables.
Un capricho de Macri, va a hundir aún más a los ciudadanos de esas provincias que no tendrán como seguir prestando servicios esenciales como salud, educación, seguridad; y mucho menos la seguridad alimentaria que por estas horas es urgente.
Macri quiere ser reelecto, así tenga que incumplir con la constitución, ningunear al congreso y a los propios gobernadores.
Así es fácil hacer política pero con la plata ajena.
Ya reconoció, públicamente, que va a ser oposición. ¿Por qué no se dedica a gobernar en serio entonces?
Y eso de que sólo “EL” es garantía de la Democracia, y de las instituciones de la República, es de demasiado soberbio. Nadie es el MESIAS, que pueda llevar al pueblo a la tierra prometida.
El pueblo ya dio su veredicto, ¿acaso no vale el voto de la gente? Piénselo