Es tan poderoso el lobby de las Aseguradoras de Riesgo de Trabajo (ART) que, en plena campaña electoral, lograron que el presidente Mauricio Macri dictara (hace dos días) un decreto de necesidad y urgencia que, en forma drástica y contundente, disminuye las indemnizaciones por accidentes de trabajo. Claro está que millones de trabajadores entenderán esta vez con razón- que se trata de un gobierno "antiobrero" y no estarán muy propensos a favorecerlo al momento de emitir su voto. El lobby fue más fuerte que las clarísimas razones electorales.

La historia de las ART en nuestro país es digna de análisis, no solo por su capacidad de supervivencia ante la "adversidad" sino porque es uno de los pocos sectores de nuestra economía con ganancias crecientes.

 

Breve historia de las ART

Su nacimiento, allá por 1995, no fue tan heroico: convencer al gobierno de Menem de privatizar la salud de los trabajadores fue pan comido. Ello a pesar del disparate que significaba colocar a nuestro país como el único en el mundo que dejaba la salud de los trabajadores en manos de entidades con fines de lucro. Poner al zorro a cuidar las gallinas, ni más ni menos. Pero lo notable es que a lo largo de estos 35 años, ninguno de los sucesivos gobiernos se atrevió a enfrentarlas. Ni siquiera durante los doce años de gobierno "nacional y popular" del kirchnerismo, donde sí se les atrevieron a las poderosas AFJP. Por el contrario, fueron logrando que cada gobierno les acomodara la ley ante las unánimes y persistentes declaraciones de inconstitucionalidad que todos los tribunales del país fueron ratificando, inclusive la Corte Suprema de Justicia de la Nación. La ley de riesgos de trabajo (LRT) ha alcanzado el triste récord de ser la norma con mayor cantidad de artículos declarados inconstitucionales por el mayor número de tribunales del país. Esa es la verdadera industria del juicio: la persistencia en dictar normas claramente inconstitucionales como el reciente decreto de Macri.

 

Para justificar "necesidad y urgencia", el decreto expresa que "el mantenimiento del esquema actual provocaría un inminente desfinanciamiento del sistema con impacto en la solvencia de las aseguradoras y, en definitiva, en los trabajadores, beneficiarios del sistema de la seguridad social". En otras palabras, todos los ciudadanos (el Estado) debemos garantizarle a las ART que sigan ganando plata a expensas de los trabajadores, porque si no se amenaza con que la pérdida que sufran las ART, la soportarán los trabajadores. Aprendan señores empresarios: en vez de yugarla con los precios de los insumos, las tarifas, los costos laborales, los impuestos, etc., con un buen lobby se tiene la ganancia asegurada.

 

Pura ganancia

Según el Informe Estadístico Anual 2019 de la revista Estrategas (prácticamente el diario oficial de las aseguradoras, entre las cuales las ART son las más exitosas): "Para el ejercicio en curso, todo hace prever que la tasa de retorno sobre las inversiones y el resultado financiero continuarán elevados". Agrega más adelante: "En un año las inversiones de las aseguradoras se incrementaron 53,39%. Como siempre ocurre en Argentina, la crisis financiera generó oportunidades de obtener una alta rentabilidad. La trillada frase "la crisis es una oportunidad' se cumple a rajatabla en el volátil mundo financiero. La violenta crisis financiera le permitió a las aseguradoras redireccionar sus inversiones hacia instrumentos que generaron la mayor rentabilidad financiera desde la crisis de 2001/2002."

 

¿En qué quedamos? ¿Los inescrupulosos trabajadores se aprovechan de las ART llevando a su desfinanciación o (como confiesan en el mercado del seguro) están pasando por la etapa de mayor rentabilidad desde el 2001?

 

Publicado en Diario El Tribuno de Salta