Aunque a primera vista parezca un tema superficial, se trata de una problemática profunda por sus implicancias socioculturales y también económicas, ya que mueve más de 1.000 millones de pesos al año.

Las lagunas legales respecto del ingreso y comercialización de las hojas sigue siendo un tema de debate en Salta, especialmente porque en los últimos meses el precio se disparó a niveles exorbitantes, más de 20.000 pesos el kilo, convirtiéndolo en un producto prácticamente inalcanzable para los trabajadores.

 

Aunque a primera vista parezca un tema superficial, se trata de una problemática profunda por sus implicancias socioculturales y también económicas. El coqueo no solo es una tradición milenaria de los pueblos andinos, sino que también representa el movimiento de unos 1.000 millones de pesos al año en la región, según los cálculos. Se trata entonces de un eslabón nada despreciable en el circuito de divisas local.

 

La coca se halla presa desde hace mucho tiempo de los vaivenes de una especulación desmedida. Estas prácticas se ven favorecidas por las lagunas que deja abiertas una legislación incompleta que ha sobrevivido desde la década del 80 que legaliza el coqueo, pero que nada dice del ingreso de hojas al país, su comercialización, ni de la posibilidad de producirla en el territorio.

 

Sobre este tema en particular, el diputado Ignacio Jarsún, vicepresidente 1º de la Cámara baja, presentó un proyecto que pone sobre la mesa la discusión sobre el presente y el futuro de la coca en Salta.

 

“Es bueno y oportuno que se abra el debate y que éste se pueda enriquecer con la postura de los comerciantes, pueblos originarios, abogados, consumidores, etc. Por esta razón, he ingresado un proyecto de ley que tiene por objeto regular la producción, uso, acopio, fraccionamiento y venta de hojas de coca en la provincia”, explicó el legislador.

 

Aclaró, que la iniciativa hace referencia a su uso exclusivo para la práctica del coqueo, infusión, con fines culinarios, científicos o medicinales o para otro fin lícito que sea autorizado por las autoridades competentes.

 

El diputado rosarino fundó su propuesta en la jurisprudencia que sobre la coca existe a nivel nacional, en la normativa vigente y en los proyectos que actualmente circulan en el ámbito legislativo.

 

“Me reuní también con el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, con quien coordinamos una agenda para plantear estos temas a nivel regional. En la vecina provincia nos invitaron a sumarnos a la iniciativa que propone distribuir las hojas de coca incautadas, en distintos sectores de la población de manera gratuita y en bolsas selladas que impidan su venta. Me acompañó el diputado Gonzalo Caro”, contó Jarsún.

 

Otras de las aspiraciones de ambas provincias, anticipó el legislador, es que se autorice la importación de hojas. Y, en una tercera instancia plantea la posibilidad de que se produzca en el territorio. “Existen pruebas realizadas en 1964 por el Ministerio de Agricultura de la Nación, con resultados positivos para la producción de coca en Orán. Obviamente, se trataría de una actividad estrictamente controlada, con cupos para realizar el cultivo y así evitar la producción de cantidades no autorizadas. Jujuy consiguió los permisos para cultivar canavis, que es una cuestión mucho más compleja, por lo que el tema de la coca sería una cuestión viable”, destacó Jarsún.

 

 

De esta manera, según el planteo, el cultivo de la coca se presenta como una alternativa productiva que podría transformarse en una importante fuente de empleo, de aportes de tributos para el Estado, mientras que el consumidor no solo se vería beneficiado por precios razonables, sino también por los controles sanitarios y de calidad que pesarían sobre las hojas.

 

(*) Gentileza Diario El Tribuno de Salta (15/05/2020)