La directora de Coordinación Epidemiológica, dependiente del Ministerio de Salud Pública, Griselda Rangeón, ratificó que el roedor que actúa como vector de la fiebre hemorrágica boliviana (FHB) no habita en el territorio salteño, por lo que la exposición de las personas al arenavirus de esta especie sería nula.

 

El virus que ocasiona la fiebre hemorrágica es sensible a la luz solar y no sobrevive a temperatura ambiente. Además, no se ha probado que ingrese al organismo humano por vía oral.

 

La funcionaria explicó que la FHB es una enfermedad viral, producida por el virus Machupo, del género arenavirus y se transmite por vía inhalatoria a través del contacto directo con el roedor campestre llamado callomys callosus o laucha de campo, su orina o heces. Este roedor habita en los pastizales bajos del norte de Bolivia y no está presente en territorio argentino.

 

La fiebre hemorrágica producida por arenavirus se presenta como síndrome febril agudo, después de un período de incubación de 14 días desde la exposición. La fiebre es alta, entre 39 y 41 grados y se acompaña con dolor de cabeza, dolor articular y muscular. También se pueden presentar hemorragias en la piel del tronco, como petequias o hematomas y sangrado de nariz. Si no es controlada, puede evolucionar al shock, falla de órganos, hasta la muerte.

 

La funcionaria explicó también que, aunque la enfermedad no está presente en Salta, “se encuentra en el algoritmo provincial de vigilancia del síndrome febril agudo, para diagnóstico diferencial ante sospecha clínica, disponible en todos los servicios de salud de la provincia”.

 

Dijo también que “el virus es sensible a la luz solar y se inactiva por el sol, es lábil, o sea que no sobrevive a temperatura ambiente y fuera del roedor infectado”. En cuanto al riesgo de contraer la enfermedad por contagio, expresó que “es bajo, por lo que la población debe mantener la tranquilidad”.

 

Con respecto al hábito del coqueo, manifestó que “no se ha demostrado transmisión del virus por vía oral, lo que, sumado a la labilidad en el ambiente y su sensibilidad a la luz solar, hace que sea muy poco probable el riesgo en las personas que coquean”.

 

Como medidas preventivas ante cualquier enfermedad que puedan transmitir los roedores u otros vectores, recomendó eliminar elementos que les permita anidar, como cartones, papel, trapos, deshechos. Los alimentos deben conservarse en recipientes bien cerrados, consumir agua potable o potabilizada mediante hervido o con pastillas para ese fin.

 

Finalmente, ante la presencia de síntomas como fiebre alta, dolor de cabeza, articulaciones o músculos, se debe efectuar la consulta en los servicios de salud para su diagnóstico, evitando la automedicación.

 

Fuente: Ministerio de Salud Pública de Salta