El pueblo no sabe quién los puede defender
Mientras el pueblo sufre el impacto del ajuste del gobierno nacional, de Javier Milei...mientras suben los índices de pobreza e indigencia en nuestro país y, sobre todo en las provincias del norte argentino y en nuestra provincia, la dirigencia, política, gremial y empresarial, siguen son reaccionar en favor de los más desamparados, mirando para otro lado. No hay reacción positiva, aportando alguna idea que nos permita salir del pozo en que nos encontramos la gran mayoría de los argentinos.
La dirigencia sigue resistiendo a perder sus privilegios, pero usando las mismas armas de fuego de artificios, que lo único que hace es echar más niebla y no ofrece ninguna claridad de cómo y con qué salimos de este apriete de ajuste descomunal que nos impone los libertarios con la complicidad, obviamente, de aquellos que fueron elegidos por el pueblo para defender sus derechos; pero que ahora mostraron que solo quieren defender sus privilegios de casta privilegiada, en detrimento del interés común de la gran masa de ciudadanos que se siguen hundiendo en la gran masa de la pobreza y de indigencia, que ya llega al 55% y 17% respectivamente.
“NO HAY PLATA”, dice Javier Milei. “EL DÉFICIT CERO NO ES NEGOCIABLE” lo afirma sin ponerse colorado. Sobre todo, si se tiene en cuenta que esas premisas la realizan poniendo el ajuste en los jubilados, en los trabajadores, en la política recesiva de la producción y el aumento del desempleo.
Pero la culpa de esta realidad, que golpea a los más humildes, y que también ya están sufriendo la clase media argentina, es una culpa compartida por el oficialismo y la oposición. Porque el oficialismo sabe a quién quiere beneficiar (a los más ricos) y la oposición está bloqueado en ideas y acción para revertir esta situación. Es como que estamos en una lucha en un descampado, poniendo el pecho a las balas, defendiéndonos con palos, mientras nuestros generales, sigue la masacre de nuestros valientes, desde las alturas de sus cómodos despachos.
Es por ello que el pueblo ya no tiene esperanzas, viendo como los mismos que dicen defenderlos, no saben cómo hacerlo y, por ahí quizás no sabe si querrán hacerlo.