Hoy se abrió la gatera y los pingos atropellando para ganar
A pesar que las gateras nunca estuvieron cerradas, todos los candidatos comenzaron a hacer sus propagandas, públicamente, para llevar sus “propuestas” al electorado, con miras a las elecciones legislativas 2025 del próximo 11 de mayo
Como lo venimos diciendo siempre, no sé para qué gastar tanta plata (porque saliva ya no) si la mayoría de los electores están hartos de escuchar la misma “sanata” de siempre. Tal vez con algunos matices, por demás curioso, como eso de armar Frentes donde lograron el milagro de unir el aceite con el vinagre. Porque ayer estaban que ni se miraban y ahora, aunque piensen distintos, son todos amor y paz, al menos para alcanzar disimular sus diferencias hacia afuera.
Es como que, si jugaran todos en el mismo equipo, en la “Casa del Gran Hermano”. La diferencia está en que unos están donde están (atornillados en el poder o los cargos) y los otros queriendo arrebatarles esa posición. Todos los candidatos que hoy vemos, responden a un mismo patrón, aunque se quieran diferenciar con distintos collares.
Los muchachos juegan en las grandes ligas del campito del barrio; y buscan que las barras bullangueras hagan tronar las urnas con el único aliciente de ser generosamente compensados. Pero ya saben que, ni los jugadores ni los dueños de esos equipos, los van a mirar siquiera, una vez que alcancen sus objetivos, ser electos.
Porque en realidad los candidatos, aun perdiendo son ganadores. Aquí los únicos que pierden siempre (y lamento tener que decirlo) es el pueblo que sigue ilusionado con la esperanza de vivir un poco mejor.
Y digo estos porque ya hace rato que vemos que los candidatos son como camaleones; que cambian de color y de dueños, según la ocasión. Como vemos, no hay nada nuevo.
Porque seguimos viendo (y sufriendo) los mismos vicios de los aprovechadores de la política, que solo buscan llegar a un cargo para consolidar el poder político de los “dueños” de la provincia, que, como pago por esta obediencia debida, hay sobradas muestras que algunos se hacen más ricos, a pesar de existir cada vez más pobres.
Y en eso va intrínsecas las desigualdades que tanto dicen querer combatir, pero de la boca para afuera.
Los pingos hace rato que están en la pista, solo que algunos son caballos del comisario y otros simples peones de una puesta en escena de un proceso democrático que, más bien se parece a un gobierno de elite donde el pueblo en general, por ahí puede alcanzar las migajas de los festines que realizan en la intimidad los dueños del poder.
Todos prometen más trabajo, pero no dicen cómo...mejorar la salud y combatir la pobreza y la indigencia, pero es un discurso gastado y grotesco, como una burla a la esperanza de miles de ciudadanos que siempre esperan mejorar su situación.
Claro es como cuando decimos GANAMOS, cuando gana nuestro equipo, pero los beneficios de todo se lo llevan ellos.
Vamos a ver cómo se comporta ese electorado disconforme que vemos ahora.
Pero siempre hay lugar para la ilusión