La rebelión estudiantil, con atrevimiento rugió más fuerte que el “León”

El martes 23 de abril, hemos asistido a una verdadera revolución social estudiantil, ante las pretensiones de Javier Milei de ahogar financieramente a las universidades públicas, en una actitud extorsionadora, para que las Casas de Altos estudios estatales de todo el país, se caigan y no puedan funcionar, como previeron algunas universidades, más allá de mitad de año.

 

Primero dijo que no iba a ceder ante la presión de los rectores, desconociendo el derecho adquirido de miles de estudiantes que aspiran a estudiar en lo que consideramos, las universidades más prestigiosas de la región americana y también del mundo, como una forma de aspirar el ascenso social de tantos hijos de hogares pobres que, sin dudas, no podrán nunca los estudios superiores en una universidad privada.

 

Según lo dijo en su mensaje el lunes pasado, se terminó, con su gobierno, el Estado presente.

 

Sin embargo, una actitud de rebeldía de miles de jóvenes, le dijeron al Libertario que no van a resignar su futuro por una actitud caprichosa de mostrar a sus patrones, que él puede llegar a déficit cero a cualquier costo.

 

Para los actuales estudiantes, y futuros que están soñando con estudiar una carrera de grado en cualquiera de las universidades estatales, la política de Milei de desfinanciar las universidades, es un certificado de una muerte anunciada, social y económicamente. Porque no hay futuro ni perspectiva de desarrollo y crecimiento muerte para la clase trabajadora.

 

La marcha en defensa de la universidad pública, en Capital Federal y, en cada rincón del país, fue históricamente la más impresionante de los últimos tiempos.

 

El grito de la rebeldía estudiantil aún se siente en cada uno de los hogares argentinos, como una ola de esperanza que seguirá alimentado sus sueños de un futuro mejor con inclusión social.