Un médico en algún lado de algún hemisferio graba en guardapolvo una declaración afirmando que es todo una gran conspiración. Si el sujeto tiene rasgos orientales mejor, le da más credibilidad. Comienza diciendo “estudios en Wuhan ….” y parece que él estuvo con el paciente CERO. No señores, el Sr está en Juramento y las vías, en pleno barrio chino de Buenos Aires, o en Nueva York, “se igual”, con un estetoscopio al cuello nos declara que el COVID-19 es igual que cualquier afección respiratoria y que no debería ser tratada como una “pandemia”.

Perengano o Sultano toman la palabra y salen a las redes y nos dicen que, por lo que dicen todos los señores de blanco con cara oriental, esto no es una pandemia y hacen comparaciones sorprendentes. Por ejemplo comparan la población mundial con los fallecidos en 5 meses y luego dicen, son solo 200.000, el 0,0029%, esto no es una pandemia. ¿Quién los asesora?

 

Lo importante es que se les presentó la verdad revelada, Nos gritan fuerte “despierten tarados”, esta es la “Nueva Buena Nueva”. No es una pandemia. Claro, siempre que no te toque a vos.

 

Es cierto que la tasa de fatalidad (no mortalidad) es de alrededor del 4%, igual que Influenza, SARS o MERS, y las vías de contagio son parecidas. Algunos estudios dicen es que es más persistente en el ambiente que las anteriores cepas, lo que lo hace bastante más “contagiable” y que la curación deja personas con capacidad de contagio por entre 8 y 20 días después.

 

El problema del COVID 19 es su velocidad de propagación. Cuando el número de infectados aumenta, esa fatalidad del 4% se traduce en un número más importante de pacientes “moribles”. Las capacidades de atención son la clave. Si no se puede atender a, digamos, el 10% más grave por carencia de infraestructura, hay un 6% adicionales cuyo riesgo de muerte aumentan tremendamente.

 

Eso es lo que pasó en Italia, EEUU, España, Wuhan, etc. y no está sucediendo en Alemania y Argentina por ejemplo.

 

A los iluminados virales les pregunto, ¿realmente creen que Boris Johnson, o D. Trump, cambiaron de posición frente al virus porque participan de un plan perverso?

 

Un amigo me decía “van a morir los que tienen que morir”. Ok, trabajemos para que NO se mueran los que NO tienen que morirse.

 

En eso estamos.