Todos te hablan del campo agrícola ganadero, o de la industria del turismo, esa sin chimeneas, incluso de la industria minera y petrolera, pero ¿cuántas veces oyeron hablar en los últimos tiempos de la industria forestal?

Millones de hectáreas de bosque nativo y centenares de miles de hectáreas para plantar árboles y la industria forestal no están en la agenda de los gobiernos salteños más que figurativamente.

 

Sin embargo Salta fue forestal. Hubo un tiempo en que se producían terciados de calidad en Tartagal y las maderas de sus bosques se vendían como maderas de lujo.

 

El Aglomerado Productivo (Cluster) que existía hace unas décadas se fue deshilachando por políticas nefastas. Hoy Orán y Tartagal presentan los restos de un mundo de hierros, galpones, filos oxidados, aserrín humedecido, que estuvo lleno de trabajadores activos.

 

La Industria Forestal es una gran generadora de riqueza y de empleo, eso que tanto falta en Salta.

 

Su integración vertical en un nuevo Cluster moderno permitiría desarrollar al norte salteño. Las plantaciones (existe un proyecto de implantar cerca de 30.000 has) podrían generar miles de puestos de trabajo sólo en su creación y cosecha. La formación en el lugar de los cuadros técnicos necesarios para su explotación, así como la formación profesional de los operarios de campo aportaría capacidades necesarias para ingresar en un mercado altamente competitivo.

 

La industrialización de la madera implantada revitalizaría los aserraderos existentes, los que tendrían que recibir un aporte de capital importante para estar a la altura de la tecnología global y de la productividad necesaria.

 

La fabricación de bienes de uso presenta la enorme oportunidad de generar una marca “Salta” en el rubro. La propuesta del sector forestal para que las viviendas sociales tengan madera salteña ya es una realidad en otras provincias, solo hay que ser serios y honestos para concretarlo.

 

La ciencia podría aportar soluciones e innovaciones a los problemas de cada eslabón de esa cadena virtuosa. Sería necesario tal vez contar con un instituto público-privado que proyecte la industria a una categoría internacional.

 

El diseño no puede quedar afuera, por lo que también para los artistas de los productos, esos que sueñan distinto y lo realizan, habrá que preparar un espacio para su despliegue.

 

Y cómo olvidar tal vez a lo más importante y que falta en todas las cadenas, una Agencia De Promoción De Los Productos Maderados Salteños.

 

Todo esto debe imbricarse estrechamente, cómo esos encastres japoneses, con la producción sustentable de los todavía ricos Bosques Nativos de la Provincia de Salta, transformando la actual explotación extractiva, en la oferta de excelentes productos en base a maderas de alto valor real, conceptual y cultural.

 

Salta necesita trabajo de calidad, necesita desarrollo, necesita industrias de todo tipo.

 

La Industria Forestal debe ser incorporada a la agenda provincial para ayudar a resolver la crisis.