Los salteños estamos recorriendo los mismos caminos que nos llevan a la nada. No estamos generando nuevas ideas ni estamos mirando lo que ocurre en el mundo. En especial los partidos políticos que de usinas ideológicas y formadoras de dirigencia apta, devinieron en simples pasaportes para presentarse a un acto electoral.

 

Tenemos los peores índices socioeconómicos del país, y nos hicimos famosos en el mundo por la muerte de niños wichis y por el chupachichi.

 

La única institución que estudia y propone alternativas en este momento, es el Consejo Económico y Social, que es la reunión de las corporaciones que representan a los empresarios, a los trabajadores y a los sectores de la cultura y a las universidades.

 

Pero existen  en nuestra provincia diversos sectores que actúan, cada uno por su cuenta, sin unir esfuerzos para empujar todos para el mismo lado y en la misma dirección. Cada uno de ellos tiene una visión incompleta de la problemática salteña. Me refiero a los sectores de la cultura que actúan individualmente, pensando solo en sus propios problemas. Y lo mismo ocurre con los colectivos que portan una identidad sexual que expresa su disconformidad con el sistema. Y así podemos mencionar los sectores que protegen los bosques originarios; la provisión y la pureza del agua; la sustentabilidad y la protección del medio ambiente, los que con buen tino están intentando recrear el Norte Grande como herramienta de progreso y de mutua defensa ante el imperialismo central; los que reivindican el rol y la equiparación de la mujer con el hombre; los que buscan proteger a los niños, a los ancianos y a las madres desamparadas,  y por sobre todo, los sectores que expresan disconformidad en las calles, por medidas decididas por la Justicia, el Ejecutivo o el Legislativo o por fallas municipales.

 

Las etnias originarias reclaman derechos ancestrales, cortan rutas y bregan por agua, salud y alimentación.

 

Otros sectores como FOCIS y SALTA TRANSPARENTE, a veces actuando en forma coordinada y casi siempre en forma totalmente independiente, señalan violaciones a la Constitución y a las leyes, remarcan contradicciones gubernamentales, exigen información y rendición de cuentas, proponen alternativas y realizan acciones de mucha importancia y de escasa repercusión y eficacia.

 

Hay cientos de salteños en el mundo que ocupan espacios destacados de investigación, de ejecución y de conducción. Estos talentos están desperdiciados y pueden aportarnos una visión del mundo que nuestros cerros obstruyen.

 

Pero si los salteños fuéramos capaces de unir estos esfuerzos desperdigados para incorporar nuevas ideas a un debate que no existe,  que permita encontrar nuevos caminos y elegir la estrella polar que sea la guía, Salta sería distinta.

 

Quiénes gobernaban antes, disputaban entre ellos pero tenían muy claras las necesidades de la clase dominante. Pero quiénes tenían la obligación de cambiar este sistema de privilegios, los volvieron a instituir pero para beneficio de la corporación dominante, que incluye al gobierno, al sistema judicial, al legislativo y a su amanuense la Auditoría. Esta crítica se extiende a los Municipios.

 

Nada nuevo podemos esperar de quiénes gozan de este estado de cosas. Les va muy bien. No existen posibilidades de cambio por una ley electoral injusta y hasta casi tramposa y por doce años posibles y casi seguros de predominio del Gobernador sobre los otros poderes

 

No son los políticos los que generarán las instituciones que Salta necesita. Están muy cómodos. Pero así como el Consejo Económico y Social abrió las puertas de la esperanza, el resto de la sociedad, organizada en grupos pensantes y actuantes, hoy dispersos, debe procurar un lugar de encuentro donde se pueda discutir la Salta del futuro. Orán está marcando un camino. Dios quiera que puedan ordenarse y erigir una organización que los nuclee y una conducción que los dirija.

 

En la Cámara de Diputados se encendió una llama, que pronto apagará el Senado. La ley que propicia la boleta única de papel, derogando el voto electrónico, que  ha demostrado hasta el hartazgo su vulnerabilidad, despertó expectativas de un nuevo amanecer. Pero con el Senado llegará inexorablemente el ocaso, pues el Ejecutivo, vía su Ministro de Gobierno, ya expresó su voluntad de que prosiga el voto electrónico, que sirve a quién lo paga.

 

Entre los salteños tenemos que discutir con amplitud, escuchándonos unos a otros, la futura reforma constitucional, que de nada sirve si continúa el sistema electoral tramposo.

 

Y también necesitamos un protocolo para afianzar la independencia de los poderes. No es bueno que las conducciones de cada Poder se junten como en una reunión de amigos del barrio. No puede ser que el Presidente de la Corte y el Procurador General se saquen fotos con el gobernador en ocasión de un decreto de necesidad y urgencia ahora sometido a la Justicia y sobre el cual deben expedirse. Debemos precisar cuáles son los momentos institucionales en que pueden reunirse. La Dra  Argibay, designada como ministra de la Corte de Justicia, se reunió  con el Presidente, le agradeció el nombramiento y le dijo que nunca más  volverían a verse. ¿Cree Ud. que algún Juez o Jueza de nuestra Corte haría lo mismo?

 

El Presidente de la Corte de Justicia Doctor Catalano y  el Procurador Cornejo condujeron un buen trabajo, con aportes notables, analizando las cláusulas de la Constitución de Salta, con datos comparativos. ¿Pero quién escribió el prólogo? Ud. oyente o usted lector han acertado. El prólogo lo escribió el Gobernador Urtubey, quién concluyó su tercer mandato con una Corte de amigos, y para perpetuarla, intentó lograr una ley para que todos los gobernadores que lo sucedan estén obligados a mantener su integración. Un gobernador con doce años de mandato y una Corte que dura seis años, provoca subordinación para volver a ser nombrados. Necesitamos un Poder Judicial independiente, porque en Salta, no existe.

 

Este movimiento comunitario que se propone, permitiría cambiar las instituciones del atraso. Pero es menester que cada una de estas organizaciones aprenda a pensar en plural. No dejemos que la pandemia nos nuble el intelecto y las ansias de mayor progreso y de mayor Justicia entre los argentinos y los salteños.

 

Fuente: Columna en programa “Compartiendo su Mañana” en FM Aries.