Las palabras y su significado son diferentes de acuerdo a quién lo dice, cuándo lo dice y en qué espacio son dichas. Se hace muy evidente con los insultos. Palabras que son ofensivas en cierto contexto generacional, social o histórico no lo son en otro. Así, mi padre no decía nunca, jamás, “Carajo” sino “Carancho” como solo un ejemplo ingenuo de estas certezas.

Lo que aquí me llama la atención es la diferencia que percibimos en la palabra “UNIDOS” cuando la menciona CFK en un acto en la Provincia de Buenos Aires o el Presidente Alberto Fernández en el contexto nacional y lo que podría significar en Salta. Porque hay que afirmarlo, los armados políticos en Salta no son iguales a los nacionales ¡Carancho!

UNIDOS no es cualquier cosa. El agua y el aceite no se mezclan, todos lo sabemos, pero pueden estar unidos “en” una botella y uno hablar de la botella aquí y la botella allá. Que la botella es el futuro o el pasado. Que la superación está en envasar en una botella agua y aceite y porque no unas ramitas y algunas piedras e IR UNIDOS por el continente (botella). Ahora bien, ¿nadie cuestiona el contenido?

 

Entonces tenemos otra pregunta fundamental y simple; ¿Por qué? 

 

La unión hace a una cuestión operacional. En Política, que de eso hablamos, la unión busca en todos los casos aumentar el poder relativo de una fuerza electoral. Para eso en Salta y en otras provincias también, no nos creamos tan originales, se construyen “botellas” o Frentes políticos que agrupan sectores más o menos coherentes.

 

El Frente de Todos en Salta reunió alrededor del Partido de la Victoria a partidos y agrupaciones que se identificaban con el progresismo, el kirchnerismo y sectores disidentes del PJ por considerarlo cooptado por el conservadurismo (este último elemento ya forma parte del agua y el aceite pero avancemos).

 

Juntos por el Cambio reunió en un mismo cartel a Sáenz-Macri-Romero-Urtubey, representando a un neoliberalismo telúrico, que ensambló a Partido País de Gustavo Ruperto Sáenz, Juntos por el Cambio con Juan Carlos Romero y a Macri como jefe total. Con un “apoyito circunstancial” de Consenso Federal.

 

Alfredo Olmedo representó a Salta Somos Todos, un variopinto aglomerado de “outsiders”, más o menos liberales, más o menos militaristas, más o menos corridos de todos lados, que se presentaban colgados del carisma del evangelista de pelopincho y escenarios desfallecientes. Este tampoco es un grupo homogéneo por decir poco.

 

Así planteadas las cosas, las elecciones dieron el resultado que dieron y esto no se discute.

 

El problema es que un año después comienzan a conversarse posibles alianzas para un futuro frente. 

 

Las cartas están marcadas, pero no hay problema, porque se trata de un juego de tramposos que se conocen desde hace rato y al que el resto de los mortales no podemos acceder, no nos interesa acceder o no sabemos acceder, parafraseando a Alfonsín.

 

El PJ vuelve a ser cooptado por el poder político de gobierno, único que puede bancar la estructura partidaria con las cuentas siempre en rojo bermellón. El Radicalismo bien gracias, un residual local alineado con el residual de Cambiemos nacional. El PRS que jugó con Urtubey-Lavagna (Sáenz) se apoya nuevamente en Sáenz para renovar su quiosco sin propuestas en el Congreso Nacional. Hasta aquí son parecidos.

 

La pregunta es si estamos dispuestos a elegir Frentes, o botellas, que en su interior tienen amontonados neoliberales de Macri, sacha kirchneristas del PJ “renovado”, conservadores del difunto Ulloa y libertarios de la nueva ola de colonizadores. O Frentes que confundirán su relación anterior con alguien del Gobierno Nacional actual para saltar del Neoliberalismo a un populismo berreta, que se venderá como peronismo, pero que solo será el verso vacío de años de engaño sistemático.

 

Frentes que mostrarán, como una botella, una etiqueta bien diseñada por expertos en marketing, con un logo engañoso y apelación de origen sospechoso, pero sobre todo, cuya botella será de un vidrio bien opaco para no ver que el aceite, el agua, los palitos y las piedras están totalmente separados y se rechazan y que solo se juntaron en la botella para defender la idea del “ingreso universal asegurado” PARA ELLOS.

 

Se vienen los Frentes Opacos llamados de unión, pero no toda unión es recomendable, ya lo vimos en la Salta. 

 

Encender las luces, abrir los ojos y cuidado con los versos repetidos, que tendremos que separar la paja del trigo.