Hay una figura, un personaje, un representante de la vida política argentina, que ha ocupado el escenario del medio pelo de la disciplina. No es un conjunto homogéneo. Hay excepciones que, aun teniendo buena parte de las características, no se deforman tanto.

Pero podemos decir que existe una decantación de estos profesionales que se van definiendo como tales a medida que avanzan sus historias y construyen así sus pergaminos.

 

Hablo de los “POLÍTICOS PROFESIONALES”.

 

Claro que la actividad política electiva debe ser rentada. Eso está fuera de discusión porque, de otra manera, la política sería cosa de los poderosos exclusivamente. Pero los POLÍTICOS PROFESIONALES son otra cosa, son aquellos que están dispuestos a trabajar en cualquier empresa que les permita acceder a un sueldo.

 

La política es aquel conjunto de ideas que puestas en acción coadyuvan a transformar la realidad social, ambiental, económica, espiritual, etc. de un conjunto social, de un pueblo, en un sentido determinado.

 

Visto así, ¿cómo se entiende que el conjunto de ideas que defiendo hoy, con apasionamiento incluso, pueda ser distinto del de mañana, o del de ayer?

 

Si el objetivo de la política es mejorar la calidad de vida del pueblo, ¿es lo mismo clausurar al Estado achicando al Gobierno que dignificar al Estado fortaleciendo al Gobierno?

 

Entonces es cuando aparecen los “POLÍTICOS PROFESIONALES”, aquellos que ante un pequeño empujón votan en contra del pueblo y al paso siguiente se opondrán a lo mismo con un empujón para el otro lado.

 

Así Pichetto pudo pasar de defender la Comunidad Organizada durante décadas a defender las ideas más desintegradoras posibles, racistas incluso. ¿Cómo se vive con esa dualidad, cuál fue o es la verdadera personalidad?

 

Se puede llegar a Gobernador de la mano de la Patria es el Otro y luego “caer en la escuela pública” y, por ejemplo, sumergir a Tucumán y otras provincias en la ciénaga. O lo opuesto, subirse a una meritocracia con la que no se cumple para virar cambiando completamente de política, de ideas, de creencias, de visión de destino y proponer el intervencionismo del Estado.

 

¿Podés cambiar tus convicciones a ese punto, o será que no tenés convicciones más que tu “PROFESIONALISMO”? ¡Tú sueldo por un puesto!

 

Ante las elecciones que se avecinan, los PROFESIONALES se afeitan prolijamente, sacan sus camisas blancas impecables, cepillan su traje de combate televisivo y miran a los poderes de turno para escuchar lo que tiene que decir ¡Y ESO DICEN!

 

¿Conciencia política? “Esa te la debo”.