En el medio de tanta tinta y cacofonía, se pierde un poco el objetivo de la citación. Hablamos, preguntamos y contrastamos con los datos más bien, del espionaje a los familiares de los tripulantes del ARA San Juan.

Dolores vuelve a ser un dolor de cabeza para el ex presidente Mauricio Macri. Pidió el levantamiento del secreto de estado para su persona antes de declarar. No iba a hablar de algún supuesto ataque militar al submarino o tener que contar la clave secreta de los misiles nucleares del Agente 86, sino simple y lamentablemente ganar tiempo para tratar de presionar mientras tanto a la Justicia con todos sus recursos.

 

Espiar a un ciudadano está prohibido y penado por la ley si no está ordenado por un Juez en alguna causa. Y esta orden no existía. Se evalúa la posibilidad de que el pedido de investigación haya salido del sillón de Rivadavia. La pregunta es pertinente ya que los informes sí fueron a parar a ese sillón.

 

Me imagino la requisitoria:

 

Fiscal: ¿Sr., Ud. pidió que siguieran y espiaran a los familiares del submarino?

 

MM: No, ¿cómo se le ocurre, para qué?

 

Fiscal: ¿Ud. recibió informes sobre los familiares?

 

MM: Y si, pero yo no los pedí.

 

Fiscal: ¿Y cómo llegaron a su escritorio?

 

MM: Ah, no sé, yo estaba allí y de repente llegaban

 

Puede llegar a ser desopilante, aunque ojo que el ex presidente no tiene ni un ápice de pavo.

 

La hipótesis de los “cuentapropistas”, ese grupo de espías que se despertaron a trabajar vendiendo información por su cuenta, a pesar de ser empleados de la Agencia Federal de Inteligencia es casi peor, porque significa que en la Rosada de Macri estaban dispuestos a comprar, a cualquiera, información personal suya, por ejemplo, con tal de poder, ¿Cómo diría? ¿Coaccionarlo? Tal vez tienen una foto suya con un amigue y su pareja puede enojarse mucho.

 

El espionaje está demostrado en los papeles, ahora se está dibujando el mapa de los involucrados necesarios y suficientes para que el crimen se cometa. Si sumamos la cantidad de casos de espionaje y el hecho de que uno de los primeros decretos del gobierno de cambiemos fue devolviendo el secreto de los fondos reservados de la AFI, es como muy evidente.

 

Ayer recorrió los canales argumentando sin argumentos y mintiendo descaradamente, ante el silencio incómodo de los entrevistadores que comienzan a sentir que pierden prestigio (¿?) entre la audiencia propia, si se dejan tomar tan por boludos. Hoy le arranca un micrófono a un periodista y se lo rompe. Acorralados pueden cometer muchos errores. Habrá que seguir el tema.