Otra niña wichí muere por displicencia y abandono en el chaco salteño. Entre femicidio, violencia obstétrica y desnutrición/enfermedades de la pobreza varias, cinco cadáveres de niños se acumulan en los anaqueles del gobierno de Sáenz solo este año.

Me gustaría que no fuera así, que todas estuvieran jugando o amamantando su bebé en su comunidad. Pero no, y solo desesperamos que el número se multiplique.

 

¿Por qué se podría multiplicar el número? Bueno, hace poco más de un mes la Ministra de Desarrollo Social de la provincia renunció cuando vio que el presupuesto del ministerio que conducía perdía financiamiento. Entonces, ¿Qué puede salir peor? ¿Qué puede ser más obvio?

 

Al Presupuesto les gusta llamarlo pomposamente “La Ley de Leyes”. Ya ahí podemos entender porque las cosas andan como andan. Una verdadera burrada, con coz y patada. Una supuesta Ley de Leyes sería aquella de la que derivarían las otras. “Sanciono esta Ley Presupuestaria y todo el resto del asunto se acomoda a la primera”. Es decir que el dinero manda. No el destino de la Nación o de la Provincia y de su pueblo. Lo regula la prioridad de un Ministerio de Economía o de Finanzas. Cuando las prioridades están allí, podemos ver los resultados. Muertes por falta de presupuesto, educación en crisis, sistema de salud estresado hasta límites indecibles y familias destruidas. Familias pobres, por supuesto. En el norte, sí, pero en Salta Capital también, a 10 minutos de la Plaza 9 de Julio.

 

Un Presupuesto es un resultado. Nunca puede ser la piedra basal, porque es allí donde ponemos el carro, adelante del caballo.

 

Puedo parecer un idealista, pero para mí la Ley de leyes es la Ley de Educación, y de ella su Plan Anual, porque allí se asienta el futuro, el de corto, mediano y largo plazo. Si algo tiene que regular el plan estratégico de la Provincia, bueno, yo sinceramente creo que la educación sería esa variable. No es que piense que hay que gastar más de lo que se tiene, solo que hay que invertir mejor.

 

Ahora bien, si vos tenés una población que se muere de hambre y de sed, las prioridades deben adaptarse. Igual que como sucedió con la pandemia. Tal vez no tenga que dedicarle tanto presupuesto a publicidad de los actos de gobierno y dedicarle más a realizar algún acto de gobierno que salve vidas. Digo, vio.

 

Pero le tengo que hablar a usted, señora, señor, nuestras autoridades repiten sistemáticamente sus recetas mortales. Lo dejo así. PIENSELO, por que no haya otra niñita que no puede jugar con su familia.